Ante el incremento notable de los casos de suicidio en Venezuela en los últimos año, al extremo de ser declarado como un problema de salud pública, la escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello desarrolla e impulsa el Programa de Prevención del Suicidio el cual será aplicado progresivamente en todo el país.
En efecto, según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), en 2023 la tasa de suicidios en el país subió a 8,2 por cada 100 mil habitantes, 6,5% más que en 2022. Los hombres son quienes más atentan contra su vida (protagonizan más de 80% de los casos) y la depresión es la causa mayoritaria: es el móvil en 86,1% de los sucesos reportados.
Desde el año 2002, Mérida lidera las cifras de suicidio: en ese estado andino, 15.5 ciudadanos de cada 100.000 habitantes se quitan la vida. Le siguen Táchira (13.6 personas por cada 100.000 habitantes), Distrito Capital (13.3), Trujillo (11.9) y Lara (10.2).
A nivel internacional, Venezuela se ubica detrás de Guyana, Surinam, Bolivia y Uruguay.
Admite el director de la Escuela de Psicología de la UCAB, Danny Socorro, S.J., que las cifras son preocupantes y constituyen un llamado a la acción. De allí nació el Programa de Prevención del Suicidio, iniciativa que la Escuela puso en marcha como propuesta académica y de extensión para enfrentar este problema de salud pública.
De acuerdo con Socorro, el Programa tiene como propósito
investigar este fenómeno e intervenir educativa y psicosocialmente en comunidades de Mérida, Zulia y Caracas.
“En el mes de octubre del año pasado 4 psicólogos investigadores de la Escuela nos fuimos tanto a la ciudad de Mérida como al Páramo para realizar la primera aproximación investigativa. Fue una experiencia profundamente movilizadora ante una realidad tan cruda y dura”, comentó el sacerdote jesuita sobre los primeros pasos del proyecto.
En ese sentido, informó que el plan de trabajo contempla ejecutar varias actividades, la primera de ellas el “Campamento Psicosocial 2024”, el cual se realizará en Santo Domingo, en el Páramo merideño, del 18 al 25 de febrero. “Asistiremos 10 profesores y 10 alumnos para llevar a cabo evaluación psicológica, intervención clínica y comunitaria e investigación”, apuntó.
“También queremos replicarlo en otros estados como el Zulia, donde hay la menor tasa de suicidios, pero también en Caracas y a mediano plazo en todo el país. La finalidad es darle apoyo a la gente que ha sido víctima o está pasando por el duelo del suicidio y también ofrecer herramientas para prevenirlo. Queremos salvar vidas. Hemos encontrado que en las familias donde ha habido suicidios, hay intentos de otros. Es terrible. Además, sabemos que no es solo acercarnos e intervenir. La idea es que haya continuidad y esto lo lograremos con talleres formativos, actividades especiales y entrenamientos», dijo el director.
Socorro explicó que trabajarán con un equipo multidisciplinario que incluye a psiquiatras, psicólogos, criminólogos, abogados, periodistas, fundaciones, la Iglesia, el OVV, educadores y politólogos.
Además, y para poder llevar adelante este proyecto, la Escuela de Psicología está buscando todo el apoyo posible (tanto económico como divulgativo) para llegar cada vez a más personas en todo el país.
En ese marco, el martes 6 de febrero organizaron un evento benéfico protagonizado por el humorista y politólogo Laureano Márquez, quien donó su talento para ofrecer este espectáculo y destinar lo recaudado en entradas al programa. La idea es que más personas y organizaciones se sumen al proyecto y se solidaricen con la causa, agregó el sacerdote.
“El suicidio es un tema no visibilizado”
Las razones por las que una persona comete suicidio son diversas y dependen de cada caso. Sin embargo, existen circunstancias externas -comunes a millones de venezolanos- que afectan directamente al bienestar físico y mental de las personas. Advirtió que los suicidios son multicausales, pero se ha demostrado que las inestabilidades políticas y sociales generan muchos más.
“Una de las variables se confirma en Santo Domingo (Mérida), un poblado montañoso, y hay datos que indican que los países con esta topografía tienen más incidencia. Pero hay muchos más elementos. También es una población deprimida (en el sentido económico y social), era una localidad con una importante producción agrícola, de artesanías y turística, pero con los cambios políticos, sociales y económicos, están por el suelo”, aseveró.
Agregó que, durante la primera aproximación que el equipo de Psicología UCAB tuvo en Mérida, en octubre de 2023, constataron que la violencia intrafamiliar y el alto consumo de alcohol son disparadores para los suicidios. Advirtió que estos resultados representan una pequeña parte, pues existen otros desencadenantes.
Sin embargo, uno de los aspectos que más llama la atención de los psicólogos de la UCAB es lo difícil que es para la sociedad buscar ayuda, hablar de salud mental. “El suicidio es un tema no visibilizado”, comentó el padre Socorro, para quien son necesarias políticas públicas para atender y frenar esta situación.
“La salud mental sigue siendo un tabú y mucho más el suicidio es un tabú, un tema invisible. Familias que enfrentan el suicidio de un ser querido, por supuesto, están cargadas de muchas connotaciones sociales; entre ellas, la vergüenza. Pero también genera una gran culpa y eso hace que la gente se aísle mucho más y no hablan porque, además, genera mucho dolor”, puntualizó.
Entendiendo la vulnerabilidad: tras las pistas de Psicodata
En 2023, Psicología UCAB presentó el estudio Psicodata. Esta investigación, que se desprende de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), retrató 14 aspectos de la vida psicosocial del venezolano. La muestra fue de 1.500 personas y dejó resultados que sirvieron de base para que los investigadores ucabistas ahondaran en los factores que afectan la salud mental de los grupos más vulnerables de la población y obtuvieran pistas específicas sobre los factores que pueden inducir al suicidio.
2El venezolano, además de ser resiliente, está también profundamente vulnerado. Vemos una profunda desesperanza. Y uno de los aspectos que aparece es que hay malestar psicológico. Hay otros indicadores que sumados a este último conforman el coctel perfecto para la depresión y, en ciertas situaciones, el suicidio. Otro elemento clave -diría una bomba de tiempo- es que les cuesta identificar y explicar sus emociones. También, el venezolano está profundamente estresado porque no tiene dinero. Lo que más me preocupa es que estamos en modo supervivencia: lo social y lo personal quedaron a un lado” recalcó.
El experto indicó que 9% de los venezolanos, ante problemas personales, acude a otras instancias para resolverlos. De esa forma, la gran mayoría de los entrevistados afirmó que su pilar es la familia. Pero cuando se mira con más detalle, siguió Socorro, se puede encontrar a grupos familiares con graves problemas de violencia, disfuncionalidad y dinámicas complejas. A juicio del director de Psicología, este es un apoyo fracturado.
“75% de la población, además, se encuentra afectada por el duelo migratorio. Y un tercio de ese 75% afirma que le cuesta ir al trabajo; el día a día es difícil por sus situaciones. También, y es importante destacarlo, para sostenerse, seguir avanzando, tiene que haber confianza. En Venezuela 81% de sus habitantes desconfía del otro: si no hay eso, el tejido social está deteriorado”, añadió.
Un fenómeno complejo, pero prevenible
Los avances del Programa de Prevención del Suicidio de la UCAB se irán haciendo públicos durante el año. Sin embargo, el director de la Escuela de Psicología ucabista señaló que hay mucho por hacer y que universidades, Estado y organizaciones de la sociedad civil deben unir esfuerzos para atajar este problema que, con adecuada intervención, se puede evitar.
“La sensación de las personas que se suicidan es que se sienten solas, que no tienen piso y no tienen futuro. Entonces: ¿Cómo hacer para que no se sientan solas, es decir, para que sepan que hay una mano capaz de levantarlas y sostenerlas? El tema del suicidio abarca todas las edades: niños, jóvenes, adultos y adultos mayores», expresó Socorro acerca de este problema que proviene, en muchos de los casos, de una depresión profunda.
Más allá de lo institucional, el profesor Danny Socorro recordó que existen maneras de ofrecer ayuda a los afectados. Mencionó tres acciones prioritarias:
Concientizar el problema: «Como población tenemos que darnos cuenta de esta situación tan grave que tenemos. La tasa de 8.5 es muy alta. Incluso, dicen que existe un subregistro de 49%, porque el OVV explica que con el tema de defunciones hay algunas que entran en la categoría de indeterminado. Entonces, la tasa puede ser mucho más alta», recalcó.
Estar atentos: “En nuestra cuenta @psicología_ucab tenemos fijados tres posts acerca del suicidio. Uno es sobre los mitos que existen. Pero también sobre señales: cambios de comportamiento, en el estado de ánimo o las ideas de inutilidad. Hay muchas formas, tenemos que estar pendientes porque tenemos muchos problemas y tantas adversidades y cada quien está ensimismado. Es ayudar al compañero de trabajo, amigos, compañeros de estudio o familiares”.
Buscar ayuda: “Además de escuchar, estar presente para la persona, es importante invitarlo a buscar ayuda profesional, dijo.