Está demostrado en la historia de la humanidad, que los objetivos que se propone conseguir un pueblo, en cualquier parte del mundo, sólo serán alcanzados a base de sacrificio y perseverancia. Por eso la lección que encontramos en múltiples episodios, que dan cuenta de esas epopeyas protagonizadas por muchedumbres movidas por sentimientos de libertad, es que nada relacionado con esos sueños, nos caerá del cielo como un regalo fortuito.
Recientemente los venezolanos conmemoramos la fecha histórica del 23 de enero de 1958, día en que se verificó el desenlace victorioso de un combate sostenido por diez largos años de esfuerzos, que combinaron el concurso de mujeres y hombres de diferentes pensamientos ideológicos y de variados estratos sociales, pero con un mismo propósito: rescatar la democracia que habíamos inaugurado en 1948, con la elección del presidente Rómulo Gallegos, cuya gestión fue truncada por un zarpazo militarista.
Pudiera detenerme en muchos otros acontecimientos que permitirían comprender cómo ha sido posible reponerse de adversidades para reemprender luchas, que definitivamente desembocan en triunfos pletóricos, pero basta con rememorar los sacrificios puestos al servicio de los ideales democráticos, por esa hornada de ciudadanos que padecieron cárceles, torturas, vejaciones, pero que jamás desistieron de su empeño, que jamás renunciaron a sus principios, ni pactaron sus convicciones, sino que más bien lo dieron todo, para que se hiciera realidad la esperanza redentora con que se sobrepusieron a la feroz persecución de la que eran objeto, en esa década de la dictadura perezjimenista.
Se cumplen 25 años del régimen chavomadurista. Más de dos décadas que solo han traído desgracias para un pueblo que no se resigna a seguir bajo ese yugo dictatorial. Requeriría de muchas cuartillas para enumerar aquí las marchas, las vigilias, las huelgas, los eventos electorales, los diálogos emprendidos, las ofrendas de seres humanos que dieron hasta sus vidas en pos de recuperar la democracia arrebatada de mala manera, pero todo ese legado de sacrificios, lo resumo en la hazaña que hicieron posible millones de venezolanos el pasado 22 de octubre, día en que elegimos en elecciones primarias a nuestra candidata presidencial María Corina Machado.
Para hacer cumplir cabalmente ese mandato popular, los venezolanos seguimos en pie de lucha, sin rendirnos ante las amenazas implícitas en las recrudecidas acciones de persecución política que hacen de Maduro el Pedro Estrada del siglo XXI. Por eso este domingo saldremos a manifestar y a ratificar nuestro categórico respaldo a nuestra abanderada para la elección libre que se acordó en el diálogo de Barbados. Lo haremos en varias ciudades del mundo libre, siguiendo el ejemplo que dieron el pasado jueves miles de guariqueños en la histórica ciudad de Calabozo.
Mitzy Capriles de Ledezma