Trabajo de www.lanacionweb.com
Un grupo de ciudadanos esperaba a las afueras del Banco de Venezuela, en San Antonio del Táchira, el restablecimiento del servicio eléctrico para ingresar a las instalaciones. Al cabo de una hora, se retiró de la estructura, la luz no llegó.
«Se trata de un apagón», dijo Alberto Mata. El ciudadano se levantaba del piso cuando profirió la frase. «Me retiro a mi casa, no se pudo hoy ir al banco, que más da», soltó a modo de resignación.
Los demás le siguieron. La hora indicaba que, aunque el servicio se restableciera, el banco ya no abriría sus puertas. El apagón trastocó todo y se sumó al corte «programado» que ya había tenido la misma zona.
A dos cuadras de la entidad bancaria, el ruido de una plata eléctrica se mezclaba con el producido por el paso de carros y motos. El calor estaba a flor de piel. La gente murmuraba su disgusto. «Esto cada día está peor», indicaba un transeúnte en pleno centro de la Villa Heroica.
Aunque el servicio tuvo un amague. Fue eso, ya que, a los segundos, volvió la «oscuridad» en los hogares y en los pocos locales abiertos de la jurisdicción. A las 5:25 p.m., la falla seguía hacia el circuito de seguridad. En el otro sector, la situación era igual.