Barquisimeto, como epicentro en principio de la Provincia (1832) y luego como estado, ha sido escenario de enconadas luchas políticas. El alzamiento del “Negro Miguel”, la gesta de Independencia, la guerra federal, la conspiración de 1854 y asesinato del gobernador Aguinagalde, el gomecismo, 18 de octubre de 1945, Pérez Jiménez, democracia, golpes de Estado, guerrillas en sus montañas, han tenido las huellas de hombres y mujeres larenses con pasión, resentimientos, egoísmos, e inteligencia, pero sobre todo el protagonismo, pareciera imponerse, algo así como – no soy yo, pero tú tampoco – a la hora de designase gobernadores, diputados, concejales, a extremos en algunos de vivir de ello, corroborado durante una audiencia pública del Presidente Antonio Guzmán Blanco en Barquisimeto, posiblemente en 1883, durante la administración del general Jacinto Fabricio Lara, al iniciarse la construcción del ferrocarril “Bolívar”. Se trató, de unas diez personas que recibió individualmente para escuchar sus inquietudes políticas y necesidades colectivas, agua, caminos, contando un edecán, que al recordarle que debía recibir a otras personas, en voz baja le decía el peticionario – ese que va a entrar es enemigo suyo… Y así, cada uno de los restantes se mal ponían ante el Presidente con diferentes epítetos: ..el que le habló es un ladrón, el que acaba de salir, le pega a la mujer y el que va a entrar, es un borracho… lo que molestó tanto a Guzmán, para decir: – este es un pueblo de pulperos enfranelados y chismosos –
El precedente detalle viene al caso, a propósito de una lucha a cuchillo, para liderar la campaña presidencial de la ciudadana María Corina Machado y una vez más, el chismorreo o la “malechuria” como dijera don Cecilio Zubillaga Perera, obstaculiza, la conformación de un comando regional y municipal para el objetivo común, porque lo primero en que se piensa es en la piñata electoral de las elecciones regionales, que es una incógnita, todo lo cual desanima al electorado de buena fe, que ve en esa candidatura una esperanza, mientras el oficialismo, independientemente de sus reservas internas y el rechazo general, luce más concentrado. Lo grave de ello es, la evidente ausencia de liderazgos morales.
Aquí en Lara, Acción Democrática, no confió en su dirigencia regional, la conducción de las campañas de Carlos Andrés Pérez I, Luis Piñerúa, y Jaime Lusinchi, que recayeron en Alejandro Izaguirre, Homero Parra (más vinculado a Caracas a pesar de larense) Juan Pedro del Moral, lo que nos da la idea, de una desenfrenada lucha protagónica de poder, de chismes y zancadillas, divulgadas por los periodistas Migdalia Coello, Juan Bautista Salas y Julio Pérez Rojas a lo largo del régimen democratice, que a la fecha, no tiene sentido en la angustiante hora venezolana que reclama responsabilidad, imponiéndose un prejuicio «el divisionismo» visto con el criterio del estadista que fue Gonzalo Barrios…
«Mucho ha sufrido Venezuela por la insolidaridad de su hombres y sus clases sociales. Hemos sido el país donde nadie se mueve mientras no golpea al vecino, y no ha faltado por supuesto quienes se aprovechen de la tendencia — especialmente en el dominio de la política –.como reacción tal vez, contra tales experiencias, hemos adquirido un vivo prejuicio contra lo que de ordinario llamamos divisionismo”
¿Qué hacer? – Allí está el detalle – como dijera Cantinflas y como no hay disponibilidad para superar tan irresponsables posturas, nos imaginamos que una vez más, Caracas impondrá para vergüenza ajena, a quien conduzca con autoridad un triunfo, de lo contrario una derrota y así son las cosas según Oscar Yánez y como lo que nos interesa, es echarles a perder el juego a los corre camino de la política larense, el comentario…
Jorge Ramos Guerra
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