El Instituto de Estadísticas (Indec) de Argentina informó que, de acuerdo con los datos obtenidos en el Censo 2022, los venezolanos que residen en ese país se convirtieron en la tercera comunidad más numerosa al reportarse oficialmente unos 161.495 de nuestros nacionales.
Según la data del censo, en Argentina viven 1.941.862 extranjeros de los cuales el 27% (528.598) son de nacionalidad paraguaya y 338.299 son procedentes de Bolivia, lo que representa un 17,5% del total de foráneos que residen en la nación sudamericana.
Ese 1,9 millones de personas representa el 4.2% del total de su población que ronda los 46,55 millones de personas, que según el Indec es el registro más bajo desde que se iniciaron los registros en 1869.
Por ello, la data reflejada en el censo no es sorpresa porque, de acuerdo a la ONU, hay unos 7,7 millones de venezolanos que salieron del país en busca de una mejor calidad de vida desde el año 2014.
En la tabla de inmigrantes latinoamericanos en Argentina, aparecen peruanos (156.251 personas), chilenos (149.082) y uruguayos (95.384), junto a italianos, brasileños, españoles y colombianos.
Los residentes venezolanos en ese país se caracterizan por ser gente joven, cuyo grupo etáreo oscila entre 20 y 40 años.
La nacionalidad venezolana ocupa ahora el puesto que tenía Chile en el año 2010, mientras que en 2001 lo tenían los ciudadanos procedentes de Italia.
Hace más de un siglo, en 1914, Argentina llegó a tener el 29,9% de su población extranjera, por la ola migratoria que arribó principalmente desde países de Europa. En 2022 se reportó una disminución del 0,2% en la cantidad de migrantes respecto al censo anterior.
«Se confirma la tendencia declinante de la participación de la población no nativa respecto del total de la población que reside en viviendas particulares, característica constante del tercer milenio», precisó el Indec.
Algo que ayudó a entender el aumento de los venezolanos en Argentina es que la representación de los inmigrantes que llegaron allí de países no limítrofes, pero que son de la región, se duplicó al 23,5% respecto al 12,5% que significaba en 2010.