Con gran alegría culminó la Eucaristía de Bienvenida de la Divina Pastora en su Visita 166 a la ciudad de Barquisimeto este 14 de enero, presidida por monseñor Mariano Parra, arzobispo emérito de Coro, que presidió con gran fervor este encuentro espiritual.
La noche se iluminó con las luces que adornaban el majestuoso arco ante el cual se encontraba la Divina Pastora, reflejando devoción y espiritualidad. El azul intenso del arco contrastaba con el cielo nocturno, creando una atmósfera mística que envolvía a todos los presentes en un abrazo celestial.
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La Divina Pastora, adornada con flores exquisitas, resplandecía bajo las luces artificiales que marcaban el camino celestial. Las flores adornaban el recinto, simbolizando la belleza y pureza de la Divina Pastora. Cada arreglo floral era un tributo a su gracia.
Los cantos religiosos resonaban, elevando las almas hacia una experiencia espiritual profunda. La fe se expresaba en armonías sagradas y el fervor religioso inundaba los corazones durante esta noche especial.
Al finalizar el evento, una sensación de paz y unidad prevalecía. La Divina Pastora fue recibida una vez más con amor incondicional en Barquisimeto. Este evento religioso no solo reunió a la comunidad, sino que también reafirmó su fe y devoción hacia la Divina Pastora.