Las fuerzas armadas de Estados Unidos y Gran Bretaña bombardearon el jueves más de una docena de instalaciones utilizadas por los hutíes en Yemen, un enorme ataque con misiles Tomahawk lanzados desde embarcaciones y cazas, informaron varios funcionarios estadounidenses a The Associated Press.
Los objetivos militares incluían centros de mando, sistemas antiaéreos, depósitos de armas y plataformas de lanzamiento, añadieron.
Periodistas de la AP en Saná, capital de Yemen, escucharon cuatro explosiones a primeras horas del viernes, pero no vieron indicios de aviones de combate. Dos residentes de Al Hudayda, Amin Ali Saleh y Hani Ahmed, dijeron que escucharon cinco fuertes detonaciones en el occidente de la localidad, la cual se ubica en el mar Rojo y es la principal ciudad portuaria bajo control de los hutíes. Habitantes de Taiz, en el suroeste del país, también reportaron explosiones.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el jueves que los ataques tenían como objetivo demostrar que Estados Unidos y sus aliados “no tolerarán” los incesantes ataques de los hutíes en el mar Rojo.
La ofensiva representa la primera respuesta militar de Estados Unidos a lo que ha sido una persistente campaña de ataques con drones y misiles contra embarcaciones comerciales desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás. Y la respuesta militar coordinada se produce apenas una semana después de que la Casa Blanca y una serie de naciones aliadas emitieron una última advertencia a los hutíes para que pusieran fin a sus atentados o enfrentarían posibles acciones militares.
La advertencia pareció tener al menos cierto impacto, aunque breve, luego de que los ataques cesaron por varios días. Sin embargo, los rebeldes hutíes lanzaron el jueves su mayor oleada de drones y misiles contra embarcaciones en el mar Rojo, a la que buques estadounidenses y británicos y aviones de caza de Estados Unidos respondieron derribando 18 drones, dos misiles de crucero y un proyectil antibarcos.