Antonio Estévez fue un talentoso compositor venezolano que practicaba la cordialidad. Antonio debe haber dejado muchas obras inacabadas, que hasta el presente no se conocen y, por ello, permanecen ignoradas. Antonio fue un hombre prolífico de sus conocimientos, en su condición de compositor y músico integral. Su familia, posiblemente, debe conservarlas. Su producción musical debe estar esperando porque se siga difundiendo su obra. Pero como siempre sucede, cada vez que un hombre de talento descuella, la indiferencia lo acompaña. Y su trabajo se archiva sumido en el olvido. El fenómeno del silencio desde entonces le acompaña. Antonio fue un compositor venezolano creador de la obra de arte: Canta Criolla, pero. ¿Dónde estarán sus obras después de que su vida terminara? ¿Las conserva su familia? Hay que averiguarlo. Sería muy provechoso que ese patrimonio no desaparezca. Pero como siempre sucede, cuando se nos va un valioso hombre, parece que se cerraran todas las puertas, detrás de las cuales su trabajo creador pacientemente espera. Su obra debe seguir ejecutandose como patrimonio nacional. La Orquesta Sinfónica de Venezuela además de otras orquestas, deben conservarla y sería lamentable que por la desidia termine perdiéndose.
Tal vez Antonio Estévez ya no esté, pero su obra es patrimonio de los venezolanos y debe seguirse programando y ejecutándo. Toca, pues, a las Orquestas Sinfónicas, en sus conciertos programar y difundir la obra de Antonio Estévez. Es el patrimonio que nos dejó y debemos difundirlo para que se la conozca, se le valore y recuerde. El público melómano alguna vez pudo escucharlas y sabrá apreciar en sus valores y unas nuevas ejecuciones confirmarán lo valioso de la música académica y del estilo musical naionalista que lo caracterizó. Siempre hay tiempo en eso de mantener activo el patrimonio musical. Todos lo sabemos, pero hay necesidad de recordarlo en cuanto a mantener activa sus ejecuciones y conciertos. Es justa una campaña de buena voluntad para que estas cosas que se proponen se lleven adelante y que todos los melómanos nos lo agradecerán
manifiestamente y en sus sentimientos. Ojalá que quienes manejan las programaciones musicales tomaran en consideración estas palabras que encierran un valor positivo para la cultura. Antonio fue, como todo lo suyo, muy superior en sus actividades relacionadas con la música. Nuestras orquestas debieran recoger la idea y programar y difundir su música. Que la gente de la cultura recoja la idea y elabore programas musicales para su difusión.
Carlos Mujica
