Rusia lanzó, en la madrugada de este lunes 8 de enero, una nueva ronda de misiles hipersónicos y de crucero contra objetivos ucranianos que golpearon cerca de las líneas del frente, en el este, así como en el centro y el oeste del país. Al menos cuatro civiles murieron y 30 resultaron heridas.
Analistas y autoridades occidentales habían advertido antes que Rusia estaba haciendo acopio de misiles de crucero para preparar una estrategia de bombardeos invernales, mientras el mal tiempo mantiene prácticamente inmóviles los 1.500 kilómetros (930 millas) de línea del frente tras 22 meses de guerra.
A diferencia del invierno pasado, en el que las fuerzas del Kremlin golpearon la red eléctrica ucraniana, Rusia apunta ahora a la industria de defensa de Kiev. Pero los aluviones han golpeado zonas civiles de forma reiterada.
Los ataques del lunes alcanzaron varias zonas urbanas, incluidas viviendas y un centro comercial en toda Ucrania.
En la región suroriental de Dnipropetrovsk, una mujer murió en un ataque de misiles fuera de la ciudad de Krivói Rog y 24 personas resultaron heridas en otro contra la ciudad de Novomoskovsk.
En la propia Krivói Rog, que es la localidad natal del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, más de 20 casas y un centro comercial resultaron dañados por un ataque de misil, según el gobernador regional, Serhii Lysak.
Al menos cuatro misiles golpearon Járkiv, la segunda ciudad más grande del país, y dejaron un herido, según el alcalde, Ihor Terekhov. Una mujer rescatada de entre los escombros de un edificio falleció más tarde, indicó el gobernador regional, Oleh Syniehubov, que añadió que podría haber más personas atrapadas.
Las autoridades en la región de Khmelnytskyi informaron de dos muertos tras un ataque de madrugada en el que se oyeron al menos seis explosiones.
En las últimas 24 horas, las tropas rusas realizaron 131 ataques de artillería sobre la región de Jersón, donde mataron a dos personas e hirieron a cinco, según el gobernador, Oleksandr Prokudin.