Opositores nicaragüenses denuncian que desde el 20 de diciembre, la represión en Nicaragua se ha intensificado, con la detención de 15 sacerdotes, que se suman al obispo Rolando Álvarez, quien fue condenado a 26 años y 4 meses de prisión por traición a la patria. Algunos de los detenidos aún están desaparecidos.
El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, exiliado en Miami, denunció una “feroz cacería” contra los sacerdotes por parte de la dictadura sandinista. Familiares de los detenidos han buscado información en la cárcel El Chipote, pero las autoridades se niegan a proporcionarla.
La Alianza Universitaria Nicaragua, informó este jueves que los religiosos secuestrados fueron trasladados al penal de Tipitapa.
Las autoridades nicaragüenses no han confirmado ni desmentido estas detenciones. Se ha denunciado un “plan de exterminio” de la Iglesia Católica en Nicaragua. Algunas órdenes religiosas han evitado la cárcel, pero han sido obligadas a cesar todas sus actividades en el país.
Recientemente, se han divulgado fotografías del obispo Álvarez, mostrándolo en un estado físico deteriorado. La Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) ha calificado las condiciones de encarcelamiento del obispo como “inaceptables”.
El dirigente opositor nicaragüense desnacionalizado, Félix Maradiaga, juzgó las imágenes como un intento del régimen Ortega-Murillo “por cambiar la narrativa y dar la impresión de un trato supuestamente normal al obispo encarcelado injustamente».
«Sin embargo, la verdad es innegable: Monseñor Álvarez y los sacerdotes arrestados arbitrariamente deben estar libres, y ninguna fotografía podrá borrar esa arbitrariedad ni los tratos inhumanos y humillantes a los que están siendo sometidos los sacerdotes secuestrados y todos los presos políticos», aseguró Maradiaga.