Trabajo de www.runrun.es
La promesa de la administración de Nicolás Maduro de anexionar a Venezuela el territorio Esequibo, cumple este miércoles un mes sin materializarse.
La defensa del territorio en disputa se ha traducido en la creación de proyectos propagandísticos, que hasta ahora han quedado en palabras.
Cabe recordar que Maduro anunció la creación de una división militar en una zona cercana -pero no fronteriza- al territorio disputado, una nueva región, llamada Guayana Esequiba, para la que asignó un presupuesto de casi 680 millones de dólares.
También anunció el comienzo de la entrega de la nacionalidad venezolana a quienes residen en el área bajo litigio -casi todos comunidades indígenas- y la expedición «inmediata» de licencias para la explotación petrolera del territorio, donde ya trabajan empresas como Exxon Mobil con la autorización de Guyana.
Sin embargo, según la escasa información oficial, la estructura militar no ha sido oficializada todavía, no hay indicios de dónde se ubica la sede de la nueva gobernación, no se conoce ningún caso de esequibanos nacionalizados como venezolanos y el plan «en marcha» de explotación petrolera es el secreto mejor guardado.
El parlamento, de mayoría oficialista, discutió con carácter de urgencia, la «Ley para la Defensa de la Guayana Esequiba», el marco legal para la anexión del área disputada. Pero esto quedó en el aire y desde el primer y único debate, no se ha vuelto a tocar el tema.
Elementos distractores
A pesar de las promesas incumplidas y de una rebaja en el tono desafiante que se mantuvo durante toda la campaña previa al referendo, la administración madurista recuerda -con menos insistencia y fulgor- que el Esequibo «es de Venezuela».
En las últimas cuatro semanas, su principal forma de defender este argumento ha sido con la promoción y la obligatoria difusión del mapa nacional, ahora con el territorio disputado como parte íntegra de Venezuela.
De igual forma, la llegada de un buque de guerra británico a Guyana evaporó la paz sanvicentina, pues Venezuela lo interpretó como una amenaza y respondió con ejercicios militares y discursos altisonantes que, como de costumbre, se esfumaron menos de 48 horas después.
El reclamo venezolano también se ha diluido entre otras causas que ocuparon por completo la agenda del Gobierno, como la liberación en Estados Unidos del empresario colombiano, Alex Saab.
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