Irak se encuentra en una difícil situación mientras intenta contener los combates entre las tropas estadounidenses y los grupos respaldados por Irán.
Los ataques de facciones respaldadas por Irán en Irak contra instalaciones militares estadounidenses, ha obligado a Irak a mantener el equilibrio, que se vuelve más difícil cada día, durante los dos meses de la guerra entre Israel y Hamás.
Un ataque con cohetes contra la embajada de Estados Unidos en Bagdad el viernes marcó una nueva escalada mientras los funcionarios iraquíes luchan por contener los efectos de la última guerra en Medio Oriente.
Después del ataque a la embajada, el Pentágono dejó claro que los ataques contra las fuerzas estadounidenses deben cesar.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el director de la CIA, William Burns, han advertido a Mohammed Shia al-Sudani, primer ministro iraquí, sobre las consecuencias si su gobierno no actúa para detener los ataques.
Irán tiene una influencia considerable en Irak, al mismo tiempo, hay unos 2.000 soldados estadounidenses en Irak en virtud de un acuerdo con Bagdad, principalmente para contrarrestar al grupo militante Estado Islámico.
Irak también depende en gran medida de las exenciones de sanciones de Washington para comprar electricidad a Irán, y desde la invasión estadounidense de 2003, las reservas de divisas de Irak han estado alojadas en la Reserva Federal de EE.UU., dando a los estadounidenses un control significativo sobre el suministro de dólares de Irak.
Los predecesores de Al-Sudani también tuvieron que caminar por una delicada línea entre Teherán y Washington, pero la guerra entre Israel y Hamás ha aumentado considerablemente las apuestas.