Estamos en época de Navidad y la tradición venezolana es el disfrutar de la amistad y de la familia y lo más propicio es que esté sentimiento de amor, de amistad y de familia se desarrolle en torno a la elaboración y posterior degustación de una tradicional… ¡HALLACA!
Es por esto que transcribo una historia que recibí en un noticiero digital y que me parece pertinente el disfrutarlo con ustedes…
Cito:
Historia para todos.
Investigación sobre el origen de la Hallaca
Texto copiado del muro de Juan José Hassan Gattas.
Tras los pasos del origen de la Hallaca
No podemos saber quién se comió la primera hallaca. Pero por aquello de que la historia es la narración de la vida de una sociedad desde el momento en que aparece la escritura y gracias a los registros escritos podemos saber cuándo se mencionó por primera vez a la hallaca.
1538: La primera mención
Afortunadamente todavía se conservan los expedientes judiciales llevados desde los primeros años de la conquista. En uno de ellos, un “juicio de residencia” aparece la primera mención histórica a la hallaca.
¿Pero qué es un “Juicio de Residencia»?
En tiempos de la conquista y la colonia, al concluir su mandato, las autoridades (desde los virreyes, hasta los alcaldes, pasando por gobernadores y capitanes) debían permanecer por cierto en el lugar donde habían ejercido para rendir cuentas de su gestión y para que cualquier afectado por la misma pudiera hacer los reclamos que considerara pertinentes ante el juez. Era un procedimiento ordinario de control administrativo que se le siguió a todos los funcionarios al terminar su mandato durante aquellos siglos.
Según lo registran las actas del “juicio de residencia” ordenado por la Real Audiencia y seguido en Coro, en mayo de 1538 por el juez Nicolás Navarro en contra del gobernador Welser Ambrosio de Alfínger y sus más inmediatos colaboradores, entre otros Luis González de Leyva, teniente general y alcalde mayor de Maracaibo aparece por vez primera, en algún escrito, la palabra “hallaca” (JUICIO DE RESIDENCIA DE LA PROVINCIA DE VENEZUELA. TOMO I. LOS WELERS. ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA. CARACAS 1997)
En las actas de ese proceso legal declara como testigo Juan de Villegas, fundador de Borburata y Barquisimeto y descubridor del Lago de Valencia (o Tacarigua) y tatarabuelo de Simón Bolívar (de quien la ignorancia amparada en la impunidad de la dogma revolucionaria, aquí en Barquisimeto, en la conocida como Plaza “La Mora”, destruyó su estatua y destruyó su infraestructura), en la acusación que Nicolás Navarro en su carácter de juez de residencia le hace a Luis González de Leyva por diversos actos de abuso y crueldad: entre otras cosas se le imputa: “haber azotado al soldado Julián Otáñez por causas livianas” y “atar a un palo al soldado Francisco de San Martín y le mandó a colgar del pescuezo dos hayacas de maíz… porque cogió de unos indios, unos ovillos de hilo de algodón y unas auyamas, para comer”
Es la primera vez que entró en la historia la palabra “hallaca” y con la clara indicación de que se trata de un alimento de maíz.
También es importante este dato porque nos indica el lugar donde se utiliza el vocablo: es la parte occidental del país y no el centro o Caracas, como una fábula muy difundida, que inventa que la hallaca se origina en las sobras que daban los amos a sus sirvientes indígenas que trabajaban en la construcción del camino entre Caracas y La Guaira o “camino de los españoles”.
Igualmente hay que destacar que el llamado “CAMINO DE LOS ESPAÑOLES” fue ordenado en mayo de 1589, por el Gobernador y Capitán General de la Provincia de Venezuela y fundador del puerto de La Guaira, don Diego de Osorio y Villegas, es decir, cincuenta y un años después de que ya la palabra “hallaca” figuraba ya en los expedientes de los juicios de residencia. Por lo tanto, queda totalmente descartada esa tan difundida fábula.
Otro elemento a destacar es la grafía: hallaca y no hallaca. En esto nos detendremos más abajo.
También este testimonio nos sirve para descartar la antigua tesis de Adolfo Ernest que señalaba que la palabra “hallaca” viene de las lejanas tierras guaraníes (Paraguay) que poco o ningún contacto tenían con las regiones occidentales, aledañas al lago de Maracaibo y el piedemonte andino, zona donde operaron las expediciones de Ambrosio Alfínger y Juan de Villegas.
1545: La Segunda Vez
Apenas siete años después de que debuta la palabra “hallaca” en los expedientes de los juicios de residencia, vamos a encontrar la segunda referencia escrita a la existencia de un alimento llamado “hallaca”, y hasta una descripción del mismo.
Se trata de un viajero italiano llamado Galleoto Cei, que visitó nuestro país en 1545, y publicó en lengua italiana los recuerdos de su viaje en 1560 con el nombre de Viaggio e relazione delle Indie (Viaje y descripción de las indias). Su obra, un manuscrito, estuvo inédita en los archivos del British Museum de Londres, hasta que en 1992 se imprimió su primera edición en italiano. Posteriormente se editó en castellano.
El italiano, aparte de describir el entorno geográfico y humano que conoce en las nuevas tierras, es quizás el primero que hace un registro sobre el léxico utilizado por los amerindios. Es el primero en recopilar una serie de vocablos autóctonos (arawacos – caquetíos) como guacharaca, arepa, tapara, cacao, cachicamo, y “aiacca”, lo que, dicho en italiano, evidentemente suena: ayaca…
CONTINUARÁ…
¡PORQUE LA AMISTAD ES MI PASIÓN Y EL AMOR MI RECOMPENSA!
Maximiliano Pérez Apóstol