El canguro rojo (Macropus rufus), es uno de los iconos más reconocibles de la fauna australiana. Esta especie de marsupial pertenece a la familia Macropodidae y es la especie de canguro más grande y poderosa, caracterizada por su pelaje rojizo, patas traseras musculosas y largas, así como por su capacidad para moverse ágilmente a través de los paisajes áridos y abiertos del continente.
Conocido por su tamaño imponente, el canguro rojo puede alcanzar alturas de hasta 1.8 metros y pesar alrededor de 90 kilogramos. Sus patas traseras, adaptadas para el salto, le permite cubrir distancias de hasta 10 metros en un solo salto y alcanzar velocidades de hasta 56 kilómetros por hora, convirtiéndolo en uno de los mamíferos más rápidos del mundo.
Posee una notable capacidad para sobrevivir en ambientes secos, ya que puede obtener gran parte de la humedad necesaria a partir de los alimentos que consume, lo que le permite habitar áreas con escasez de agua.
La estructura social del canguro rojo varía según la disponibilidad de recursos y el entorno en el que viven. Por lo general, son animales sociales que viven en grupos llamados «tropas» o «mobs». Estos grupos suelen estar liderados por un macho dominante y están compuestos por hembras, jóvenes y machos subordinados.
La reproducción en los canguros rojos es notable; las hembras poseen una bolsa marsupial donde llevan a sus crías en desarrollo después del nacimiento. Las crías, llamadas «joeys», nacen extremadamente pequeñas y luego se arrastran hasta la bolsa marsupial, donde completan su desarrollo.
Allí permanecen y son amamantados durante varios meses antes de salir y comenzar a explorar el mundo exterior, aunque regresan a la bolsa para alimentarse y descansar.