Como todos los años este 8 de diciembre se celebra en Venezuela el Día Nacional del Locutor en homenaje al natalicio del valenciano Renny Otolina, el número uno de la especialidad en radio y televisión.
El oficio existe en el país desde el 26 de mayo de 1926 cuando es fundada la primera radiodifusora identificada como AYRE en el marco de la feroz dictadura de Juan Vicente Gómez, quien otorga el permiso para su funcionamiento. Un medio al que Gómez le temía pues los oyentes estaban obligados a informar al régimen hasta el lugar de la casa donde colocarían el receptor.
El locutor es tal vez el único que irrumpe en los hogares sin pedir permiso para hacerlo. Y así diariamente ofrecer compañía al oyente con sus mensajes, noticias, anuncios de música, servicios públicos, comentarios y publicidad.
Con todo, por el lapso de quince años su ejercicio no tenía carácter legal. Entonces, a sus oficiantes los llamaban “habladores”. Eran tiempos en que cualquiera no hablaba por la radio por lo exigente existiendo la errónea conseja de que correspondía únicamente a las voces graves como la de Francisco Fossa Anderson a quien denominaban los oyentes “el locutor de la voz echona!. Para la posteridad dejó un libro sobre la actividad titulado Manual del locutor.
El oficio de locutor ha tenido su propia evolución. Hacia 1941 es cuando se legaliza el oficio cuando aparece el Reglamento de Radiocomunicaciones elaborado por el escritor valenciano José Rafael Pocaterra.
En esos tiempos se exigía como requisito el sexto grado de educación primaria para presentar el examen y optar al certificado de locutor. La prueba consistía en un parte escrita de cultura general y otra oral de improvisación. Los que aprobaban eran exiguos.
En lo sucesivo el requisito para dicho examen fue tercer año de estudios secundario, bachiller y en la actualidad título universitario mínimo técnico superior.
Su evolución se ha puesto a tono con el progreso registrado en el mundo. Precisemos que en Inglaterra en la década de 1980 apenas se graduaron de locutores una docena de aspirantes.
Ello visto la alta responsabilidad que tiene ante la sociedad el locutor considerado un modulador o líder de la misma. Lo que diga siempre incidirá en la conducta del oyente al que acompaña diariamente.
En el medio existe la falsa creencia de que en la radio todo está hecho cuando la locución es constante imaginación y creación. Esto hasta en el saludo diario que requiere inventar para no fastidiar al escucha.
La locución tiene una variedad de facetas que conforman su campo de trabajo, a saber:
— Animador
— Presentador o anunciador
— Narrador o informante
Originalmente el locutor es el primero en informar por la radio. Es la vertiente de locutor informante que paulatinamente es desplazado por el periodista. Era quien transmitía las noticias leídas de los periódicos que luego causa un enfrentamiento con el periodista.
El locutor es también quien propala con su voz las noticias escritas o con voces elaboradas por el periodista. Es parte de la división del trabajo que ha impuesto la dinámica de las profesiones.
Este profesional es una especie de enciclopedia incompleta que sabe de todo un poco. Por lo que a las condiciones naturales se añaden las adquiridas con el estudio. El reto de los cambios registrados en la sociedad global actual de prepararse mejor cultural y académicamente.
Planteado está que quien habla por los micrófonos sepa de radio pero también tenga amplia cultura para comentar y opinar con propiedad. Aunque por la radio habla mucha gente pero son pocos los que saben de radio, sobre todo los marginados sociales.
Freddy Torrealba Z.
Twitter: @freddytorreal11