Les cuento a mis amigos que hace poco trate de tomar unas vacaciones y decido ir a la Ciudad de México, capital que me encanta y que disfrute en mi juventud y con quienes mantuve una muy buenas relación de amistad y limpias relaciones comerciales; pues México sigue siendo un hermoso país de gente muy educada, trabajadores y emprendedores; educados para pensar y no para obedecer; el caso es que me fui por cuarenta y cinco días y me regrese a los veinte días porque confieso que me hizo falta mi país Venezuela y fuera de aquí sería para mi muy difícil vivir y la melancolía seria mi fin, por eso debemos seguir unidos para que nuestra nación sea recuperada en todo los sentidos y volvamos a nuestras costumbres y recuperamos nuestra idiosincrasia, dándole prioridad a rescatar lo que ya es nuestro, incluido el Esquibo, pero primero el país que sigue siendo una invitación al desarrollo y al emprendimiento, pero no con esta política económica y mucho menos con ideas desviadas que no conduce a nada creativo sino a espantar a inversionistas que generan empleos, pagan impuestos y ayudan a soportar la carga y son un valor agregado en cualquier nación.
Volviendo a mi intención de vacaciones o experimento por si acaso a pesar de que los mexicanos tienen rayos luz, mejor vida que el venezolano, les cuento allá la educación es de primera, maestros, profesores bien trajeados, bien pagados respetados y admirados, con un sueldo cómodo que les permite cubrir sus gastos y el mantenimiento de su familia, bien alimentados, un sueldo de un poco más de $380 pero nadie trabaja por esa suma, ya está establecido que hay que pagar $600, estoy hablando de unos señores serios de decir la verdad que son diferencias muy marcadas, centenares de bancos ofreciendo créditos y buscando a quien prestar con intereses, sector construcción al 7% anual para adquirir viviendas, igual al sector comercio e industrias con un 12 % anual, con una inflación anual del 7%, “provoca 460 % de nuestra rica patria.”
Tuve la oportunidad de conversar con unos agricultores y ganaderos, me di cuenta que hasta por encima del traje se les nota una cara de felicidad y prosperidad, tienen todo y en tiempo récord lo que necesita un productor agropecuario o sea que ese sector es respetado y admirado, en ese país si se han dado cuenta que la primera economía del mundo es el sector primario; la producción agropecuaria sin discusión y con créditos considerables que hasta los políticos están de acuerdo y coinciden a favor del sector primario, el escritor Manuel Gómez nos envía este mensaje “por el bien de todos hay que crear soluciones que no estén tan mestizadas por las ideologías que castran nuestra capacidad creativa”.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
Jose Gerardo Mendoza Duran