La legendaria banda de rock neoyorquina ofreció sus últimos conciertos en vivo en el Madison Square Garden, pero anunció que seguirá existiendo como avatares digitalizados.
Después de medio siglo de rockear toda la noche y festejar todos los días, Kiss dijo adiós a los escenarios con dos conciertos en el Madison Square Garden de Nueva York, el viernes y el sábado.
Sin embargo, la banda no se despidió del todo, sino que reveló una sorpresa al final del show del sábado: Kiss vivirá indefinidamente como avatares digitalizados, que se utilizarán en formas aún por determinar.
La noticia no fue bien recibida por algunos fanáticos de la banda, que consideran que los avatares no pueden reemplazar la experiencia del concierto en vivo.
Eddie Trunk, presentador de rock y fanático de Kiss desde Nueva Jersey, dijo que tiene muy poco interés en ver un concierto de avatar de Kiss, o de cualquier otra persona. “Es como ir a ver una película”, afirmó.
Los últimos conciertos de Kiss estuvieron llenos de pirotecnia, plataformas hidráulicas, maquillaje y disfraces.
La banda abrió el espectáculo con el clásico “Detroit Rock City”, mientras que el líder Paul Stanley, el bajista Gene Simmons y el guitarrista Tommy Thayer bajaban de las vigas en discos metálicos.
La multitud rugió al final de la canción el sábado y coreó “Shout It Out Loud”. Stanley, cuya voz ha ido decayendo durante la última década, aun así lo dio todo, sabiendo que no había nada por qué reprimirse. A lo largo de los dos últimos shows, Stanley trató de canalizar la tristeza por el inminente final de la carrera concertística del Kiss de carne y hueso en una celebración del último medio siglo.