La soberanía de Venezuela sobre el territorio Esequibo se fundamenta en hechos históricos y geográficos. Existen documentos históricos que datan de la época colonial que expresan que dicho territorio pertenece a la Capitanía General de Venezuela. Por lo tanto, al terminar la guerra de independencia se aceptó que la República de Venezuela debía conservar los territorios que correspondían a sus provincias bajo el dominio español.
Sin embargo, Venezuela enfrenta una controversia territorial de larga data con Guyana. Para entender las razones de la disputa solo debemos echar un vistazo a la importancia geopolítica de la región. Con una extensión de 159.000 km, posee inconmensurables riquezas naturales, como la bauxita, manganeso, oro y diamante; y actualmente se realizan exploraciones para localizar yacimientos de uranio, petróleo y gas natural. Cuenta con una extensa red fluvial, siendo el más importante el río Esequibo. La conexión directa con el océano Atlántico es importante porque, de lo contrario, todas las exportaciones que salen del río Orinoco (básicamente los minerales que se producen en Guayana) deberán pasar por las aguas de otro país para llegar al Atlántico y seguir hasta su destino.
Esta controversia se originó cuando el Reino Unido adquirió aproximadamente 51,700 kilómetros cuadrados al oriente de Venezuela mediante un pacto con Países Bajos. La frontera occidental que resultó de este tratado, fue indefinida, por lo que se generaron tensiones. Ya para 1899 se acordó dar fin a la controversia mediante el Laudo Arbitral de París, que de manera ilícita y parcializada favoreció al imperio británico. Desde entonces, Venezuela ha declarado el laudo como «nulo e írrito».
No obstante, gracias a los reclamos diplomáticos, en 1966, antes de otorgar la independencia a Guyana, el Reino Unido pactó con Venezuela el Acuerdo de Ginebra, reconociendo el reclamo venezolano. Entre 1982 y 1999, ambos países intentaron resolver la disputa a través de buenos oficios de la ONU, sin éxito. Lamentablemente, desde 1999, el régimen chavista abandonó la disputa por el territorio, como resultado de una profunda ineptitud e irresponsabilidad. Por ese motivo, los venezolanos tenemos un reclamo al régimen, que no hizo en más de 20 años lo que tenía que hacer.
En 2015, el descubrimiento de yacimientos petroleros por ExxonMobil en el territorio en disputa generó nuevas tensiones. Guyana otorgó concesiones a empresas transnacionales para explotar recursos, violando el Acuerdo de Ginebra y extendiendo concesiones en aguas pertenecientes a Venezuela. Así, el caso fue llevado por Guyana de manera unilateral a la Corte Internacional de Justicia, quien se consideró competente para juzgar sobre la controversia y ha solicitado a ambos Estados presentar sus evidencias y argumentos, a pesar del rechazo histórico de nuestro país de rechazar la jurisdicción de la Corte.
Nuestra soberanía territorial se encuentra en peligro. No se deben pasar por alto las arbitrariedades cometidas por Guyana sobre una región que está en disputa. La protesta y el referendo del 3 de diciembre son formas de demostrar el descontento nacional hacia las acciones cometidas por Guyana, pero también es fundamental que se hagan todos los reclamos diplomáticos pertinentes. Esta lucha por la soberanía nacional debe involucrar a todos los venezolanos, sin importar las diferencias políticas. Ni el referéndum ni ninguna otra acción se deben utilizar o manipular para efectos políticos internos.
En este contexto, es fundamental un cambio de gobierno que oriente sus políticas hacia el beneficio de la nación. La política exterior venezolana debe buscar el interés nacional y el bienestar de los venezolanos. La disputa por el Esequibo es un llamado a la unidad, donde las diferencias políticas deben ceder ante la defensa de la soberanía nacional. El Esequibo es y siempre será de Venezuela.
Stalin González