Su nombre científico deriva de la palabra griega γόριλλαι , que se usaba para designar a una “tribu de mujeres peludas” y hombres con cola de caballo que, portando antorchas, asaltaban los barcos, torturaban y violaban a las mujeres que los marineros les ofrecían.
Estos gigantes son conocidos por su fuerza, inteligencia y compleja estructura social, siendo piezas fundamentales en la ecología de la región.
Los gorilas occidentales se dividen en dos subespecies: el gorila occidental de llanura (Gorilla gorilla gorilla) y el gorila occidental de montaña (Gorilla beringei beringei).
Prefieren los densos bosques tropicales y subtropicales, donde encuentran su alimento principal: frutas, hojas, tallos y en ocasiones insectos.
Su pelaje es grueso y oscuro, adaptado para resistir las condiciones húmedas de la selva.
Son animales sociales y viven en grupos liderados por un macho dominante, el cual protege a su familia de posibles amenazas. Por lo general es uno con la espalda/lomo plateado, el macho alfa del grupo. Es posible que haya uno o dos machos adultos subordinados, y una o varias hembras y sus hijos.
Habitualmente estos grupos están constituidos por entre cinco y doce individuos. La comunicación entre ellos es compleja e involucra gestos, expresiones faciales, gruñidos y vocalizaciones. La convivencia en grupos les brinda protección y facilita la búsqueda de alimento.
A pesar de su apariencia imponente, los gorilas son animales pacíficos que generalmente evitan el conflicto.
Los gorilas son un símbolo cultural importante para muchas comunidades locales, que los consideran guardianes de la selva y los integran en sus tradiciones y mitologías.