Los productores agropecuarios del estado Guárico están sometidos al control de grupos irregulares, quienes se movilizan con toda tranquilidad por ese territorio ante la mirada complaciente de las autoridades, exhibiendo armas largas de gran potencia e incluso portando granadas de mano para imponer el terror, denuncia el doctor Rafael Narváez, quien se ha comunicado desde Valle de la Pascua con la redacción de El Impulso.
El profesional del Derecho, exparlamentario y defensor de los Derechos Humanos, fue llamado por las víctimas porque éstas no se atreven a decir lo que está ocurriendo, ya que los delincuentes terroristas amenazan severamente a quienes se atrevan a formular denuncias.
La situación, explicó el doctor Narváez, se ha agravado porque esta semana los grupos irregulares, que controlan la circulación del transporte de carga, ha redoblado el valor de la vacuna que cobran por cada animal que es trasladado a los mataderos o centros de consumo.
Estaban cobrando diez dólares por cada ejemplar, pero ahora han fijado la tarifa de veinte dólares.
Este delito se ha generalizado, pero lo que llama más la atención es que las autoridades, desde la gobernación hacia los municipios, nada hacen porque han dejado que los delincuentes terroristas hagan de las suyas.
El doctor Narváez, en el curso de sus declaraciones a este medio, responsabilizó a las autoridades del Estado venezolano por el crecimiento experimentado de grupos irregulares armados y bandas criminales en todo el país.
Lo que está ocurriendo en estos momentos en el Guárico es sumamente preocupante, angustioso y sumamente delicado por cuanto se ve claramente que el gobierno demuestra ser incompetente para cumplir con sus obligaciones de garantizar la paz, la seguridad y la tranquilidad de los habitantes de una entidad federal que se ha caracterizado por su responsabilidad ante las leyes, su trabajo en beneficio del país y el esfuerzo por la producción agropecuaria en momentos de una prolongada crisis económica.
Insistió en destacar la situación de vulnerabilidad en que se encuentran los productores, toda vez que no tienen medios para enfrentar a los grupos de delincuentes terroristas que no sólo controlan las vías terrestre por donde se desplazan los camiones que transportan ganado, sino que penetran a las fincas a cobrar vacunas y, además de extorsionar, cometen secuestros cuando sus víctimas, cansados ya de pagar vacunas, tratan de evadirlos.
El control de estos delincuentes que utilizan el terror para imponerse, no se puede tolerar y, por tanto, el doctor Narváez formula la denuncia a fin de que algún funcionario honesto y con poder de decisión tome cartas en el asunto, porque Venezuela no puede ser dejada en manos de terroristas que se burlan de las autoridades o éstas demuestran debilidad, sumisión o complacencia.