Su nombre científico Ursus maritimus, deriva de «Ursus» proviene del latín para «oso», y «maritimus» hace referencia a su asociación con el mar y su hábitat en el Ártico.
Este coloso del reino animal ha cautivado la imaginación de personas de todo el mundo, no solo por su imponente presencia, sino también por su adaptación única a un entorno extremadamente hostil.
Posee un agudo olfato, permitiéndole detectar presas a kilómetros de distancia e incluso bajo capas de nieve.
Está muy bien adaptado para caminar sobre el hielo, utilizando sus patas anchas y garras para distribuir su peso y obtener tracción.
El oso polar es el depredador terrestre más grande del planeta, con machos que pueden alcanzar hasta 3 metros de longitud y pesar más de 700 kilogramos.
Su distintivo pelaje blanco, que lo camufla entre los campos de hielo y nieve, actúa como un excelente aislante térmico, manteniendo al oso caliente incluso en las gélidas temperaturas del Ártico.
Asecha con gran dedicación agujeros en el hielo, pues depende en gran medida de ellos para cazar focas, su principal fuente de alimento, a quienes atrapa cuando sale a tomar aire.
También es un nadador experto, capaz de recorrer largas distancias en el agua en busca de presas.
En estado salvaje, su esperanza de vida es de alrededor de 25 a 30 años.