El canciller de la administración de Nicolás Maduro, Yván Gil, denunció que las autoridades peruanas le impidiera recargar combustible al avión que traería de vuelta al país a la selección venezolana de fútbol.
Gil calificó el hecho como una “nueva arbitrariedad” y un “secuestro vengativo” por parte del gobierno de Perú contra los jugadores de la Vinotinto.
Exigió el cese inmediato de las agresiones contra la Vinotinto y el pueblo venezolano, y acusó a Perú de violar el derecho internacional y practicar la xenofobia.
El canciller no dio detalles sobre la situación del equipo ni sobre las gestiones que se están realizando para resolver el problema.
La Vinotinto venía de empatar 1-1 con Perú en el estadio Nacional de Lima, en la sexta fecha de eliminatorias suramericanas para Mundial 2026, el resultado del partido le permitió a Venezuela conservar el cuarto puesto en la tabla clasificatoria, con 9 puntos, por encima de Brasil.
Al final del partido se produjo un episodio violento entre los jugadores de la Vinotinto y la Policía de Perú, cuando intentaron acercarse a la tribuna norte del estadio nacional de Lima, donde los esperaban los fanáticos venezolanos, pero fueron impedidos y agredidos por los uniformados.
Los policías peruanos empujaron y golpearon a los futbolistas venezolanos, que reaccionaron con indignación y resistencia, denunció el defensor central Nahuel Ferraresi, uno de los agredidos, en una entrevista con La Vinotinto TV.