“Ante la pasividad del partido, las esperanzas de las masas ceden al punto de la desilusión, se repone de su pánico el enemigo y de esta desilusión saca ventaja.”
León Trotski (1879-1940)
Lev Davídovich Bronstein, más conocido como León Trotski, fue un político y revolucionario ruso de origen judío, que tuvo disputas ideológicas y personales con el líder bolchevique, Vladímir Lenin; fue uno de los organizadores de la Revolución de Octubre que permitió a los bolcheviques tomar el poder en noviembre de 1917, en Rusia.
Posteriormente, se enfrentó política e ideológicamente a Iósif Stalin, liderando la oposición de izquierda, lo que le causó el exilio y posterior asesinato. Fue líder de un movimiento internacional de izquierda revolucionaria identificado con el nombre de trotskismo y caracterizado por la idea de la “revolución permanente”. Murió asesinado en México por Ramón Mercader, un agente de la NKVD soviética.
Las pezuñas de los jamelgos donde cabalgan los cuatro jinetes del Apocalipsis representados por la desnutrición y el hambre ocasionada por la falta de poder adquisitivo. Las muertes resultantes de la ausencia de medicamentos, insumos e inoperatividad de equipos, e infraestructuras asistenciales en el ramo de la salud ineficaz e ineficiente; así como la destrucción del aparato productivo y desmantelamiento del sistema económico nacional, la hiperestanflación y los altos costos de producción; la altísima escasez de combustibles: gasolina, gasoil y/o gas; el desastre eléctrico nacional; la diáspora que destruye aceleradamente al sector económicamente activo, a la mano de obra, técnica y profesional necesaria para echar a andar el aparato productivo de cualquier nación y la persecución a los adversarios políticos del gobierno destruyen al país inmisericorde, rápida e incontroladamente.
Pero la destrucción no parece saciarse, se crean impuestos nefastos contra los envíos, hasta de medicamentos, hechos desde el exterior por familiares y allegados de muchos venezolanos que vencieron situaciones realmente dramáticas y peligrosas, con el sólo deseo de buscar una mejor calidad de vida y así poder ayudar a un ser querido, lo que había permitido a muchos venezolanos sobrevivir a la inclemente situación impuesta.
Es realmente oprobioso que ante el innombrable salario que devenga, desde un obrero, hasta un profesor universitario, las más altas autoridades, entre otros casos más, denuncien un desfalco que presuntamente sobrepasa los veinticinco mil millones de bolívares (Bs. 25.000.000.000), en Petróleos de Venezuela, PDVSA, la empresa que supuestamente es de todos los venezolanos, descosiendo el roto que, el señalado culpable no aparece en ninguna parte del globo terráqueo.
La justicia imparcial y diáfanamente pulcra constituye el camino de paz y de alternativa democrática contra las asechanzas que amenazan con destruir la república o, se puede elegir seguir cayendo en el abismo en el cual se destruye la nación.
Realmente, “SIEMPRE”, es la hora del Pueblo Soberano, cuando se debe sacar de la letra muerta sus derechos constitucionales y legales.
A aquellos cuatro nefastos jinetes y a las siete plagas de Egipto, debe anteponerse la lógica, la razón, la probidad y la sensatez. La Justicia Honesta actuando con integridad, y haciendo valer el espíritu, propósito y razón del legislador probo, expreso en nuestra Constitución Nacional, en las leyes y reglamentos de la República; en los Tratados Internacionales que tienen jerarquía constitucional, debe servir de tranquero a esa destrucción incontrolada haciendo realidad los derechos ciudadanos, y parar los abusos manipuladores del texto de nuestra Carta Magna.
Las grandes represas tienen lo que se denomina una válvula de escape y, el “Estamento Legal venezolano”, constituye esa válvula de escape que, bien implementado drenaría y controlaría la avalancha de ciudadanos que queremos manifestarnos en contra de la delincuencia, del desabastecimiento, la irresponsabilidad, la ineficiencia, la falta de rendición de cuentas, la corrupción, el hambre, la desnutrición, los bajos salarios, el abuso de autoridad, de judicialización, satanización de la protesta pacífica y de la incertidumbre.
Es deber ineludible de los demócratas, de los venezolanos todos, el lograr el cumplimiento de las normas, sistemas, métodos y procedimientos explícitos en nuestro “Estamento Legal”.
Desde siempre hemos sido un pueblo inmensamente grande, pacífico, pero no sumiso, exigimos un procedimiento limpio en nuestro derecho de elegir nuestro futuro. No tememos las adversidades porque hemos demostrado que sabemos vencerlas, así lo hemos hecho contra grandes desastres telúricos y lo hicimos durante las Guerras de Independencia, las Guerras de Federación, contra montoneras y atroces dictaduras, cuando hemos vencido a incendiarios de sabanas, asaltantes de pueblos y caseríos, como cuando vencimos a “Ezequiel Zamora” …
El espíritu libertario del venezolano se hará sentir implantando el valor de la convivencia democrática y en paz, un espíritu libertador y democrático que conlleve a lograr la tan ansiada excelencia en la calidad de vida que merecemos quienes vivimos en el país privilegiado por Dios en recursos naturales y… en la demostrada eficiencia de su Capital Humano.
Adelante Venezuela… ¡Gloria al Bravo Pueblo!
Maximiliano Pérez Apóstol