Los argentinos votaban el domingo entre el candidato oficialista Sergio Massa y el economista de ultraderecha Javier Milei en un reñido balotaje que podría constituir una bisagra en la historia política del país sudamericano.
Massa, de la peronista Unión por la Patria y a su vez ministro de Economía, y Milei, líder de La Libertad Avanza, se enfrentan en unos comicios de resultado incierto a los que más de 35 millones de argentinos están convocados a votar quién gobernará en los próximos cuatro años.
El balotaje podría marcar un cambio de ciclo político si el hartazgo social por una inflación descontrolada y por una pobreza que afecta a más de 40% de la población inclina los votos hacia Milei o, por el contrario, el temor que irradia su figura favorece la continuidad del peronismo en el poder.
El balotaje tiene como trasfondo un profundo malestar social por una inflación de 142,7% interanual que empeoró los niveles de pobreza, el flagelo de la inseguridad y la sistémica corrupción política. Ese escenario ha generado en gran parte de la población sentimientos de rechazo y desmotivación por la política.
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“Ni el uno ni el otro me interesan, pero bueno, hay que optar por algo, esa es la realidad, no hay otra”, dijo a The Associated Press Beatriz Giménez, de 90 años, quien acudió muy temprano a votar en un centro electoral de la capital.
El presidente Alberto Fernández, quien desistió de buscar la reelección en gran parte por su mala imagen en las encuestas, depositó su sufragio en las instalaciones de una universidad de Buenos Aires.
“Confío en que todo se haga en orden y en paz y que transcurra como siempre han transcurrido los días importantes, en tranquilidad… Deseo lo mejor para Argentina, que siga viviendo en democracia”, dijo el mandatario.
En tanto, el expresidente Mauricio Macri (2015-2019), de perfil conservador y quien es aliado de Milei en estos comicios, expresó su confianza de que se produzca un cambio político.
Macri, quien dijo haber hablado anoche con el libertario, al que vio «muy bien y tranquilo”, afirmó que la situación económica del país es “realmente desastrosa” y es “lógico que estemos preocupados”.
Con encuestas que muestran prácticamente un empate ambos candidatos, los analistas señalan como decisivo el voto de aquellos ciudadanos que no optaron por ninguno de los dos postulantes en la primera vuelta del 22 de octubre y tienen reparos sobre ambos.
Si en este contexto los electores argentinos apuestan por Milei, quien carece de experiencia en la gestión pública, el país sudamericano iniciaría nuevo un ciclo político en manos de un economista ultraliberal que denuesta el rol del Estado, ha prometido un drástico recorte del gasto público, la dolarización de la economía y la alineación con Estados Unidos e Israel.
En cambio, un triunfo de Massa —un moderado al que se elogia por su sagacidad política, pero de resultados poco alentadores al frente del Ministerio de Economía—, supondría la continuación en el poder del peronismo, que ha gobernado mayoritariamente en los últimos 20 años, y el mantenimiento de políticas intervencionistas, así como los vínculos comerciales con socios tradicionalmente izquierdistas como Brasil y China.
“Cualquier cosa que ocurra en esta elección va a ser increíble”, vaticinó el politólogo Lucas Romero, director de Synopsis Consultores. “Va a ser increíble que Massa gane en este contexto económico y que gane un candidato como Milei frente a un candidato tan profesional como Massa”.
Varias encuestas han mostrado un escenario de empate técnico, con una leve ventaja para uno u otro candidato siempre dentro del margen de error.
La balanza la inclinarían quienes en la primera vuelta no votaron, lo hicieron en blanco o se inclinaron por otros candidatos.
En octubre, Massa, de Unión por la Patria, obtuvo más de 36% de los votos y Milei, de La Libertad Avanza, arañó el 30%.
Los votantes de la coalición opositora de centroderecha Juntos por el Cambio, cuya candidata en la primera vuelta Patricia Bullrich quedó fuera del balotaje con casi 24% de los votos, constituyen un segmento de peso para definir el resultado del balotaje.
Si bien Bullrich -cercana al exmandatario Macri- ha expresado su apoyo a Milei para la segunda vuelta, no todos los votantes de Juntos por el Cambio parecen dispuestos a seguirla por el resquemor que genera la personalidad iracunda del libertario y algunas de sus propuestas más polémicas como la desregulación de la tenencia de armas, la libre venta de órganos y la aplicación de aranceles a la salud y la educación pública, entre otros.
Para convencer a los votantes no peronistas, Massa encaró una intensa campaña presentando a su rival como un riesgo para la democracia y los derechos sociales.
Milei cuestionó la “campaña del miedo” del oficialismo y alertó sobre el riesgo de un fraude el domingo, sin presentar pruebas que lo sustenten. La estrategia, señalan los analistas, es similar a la que desplegaron Donald Trump y Jair Bolsonaro en vísperas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos y Brasil, respectivamente, en las que luego resultaron derrotados.
La justicia electoral, a cargo del operativo de votación, adelantó que los resultados oficiales comenzarán a difundirse el domingo a partir de las 9 de la noche local (0000 GMT).