La vida de Alirio Díaz es el mayor ejemplo de la tenacidad, la responsabilidad y el trabajo del torrense, dijo Gorquin Camacaro, director de cultura de la alcaldía del municipio Torres, en sus declaraciones a El Impulso, al ser consultado sobre su trayectoria.
«Siempre pensó en hacer bien su propósito de vida: la música», expresó Camacaro.
Este nativo del caserío La Candelaria, hijo de Pompilio Díaz y Josefa Leal, bautizado como Alirio Martín, que vino al mundo el 12 de noviembre del 1923, aunque tuvo pocos estudios en su niñez, de mostró gran inteligencia y tesón por superarse.
Sus extraordinarias cualidades fueron observadas por el inolvidable intelectual Cecilio Chío Zubillaga, quien le entregó cartas de recomendación para que fuese ayudado a salir adelante.
Se fue a Trujillo a estudiar teoría y solfeo, saxofón y clarinete con el célebre músico y compositor Laudelino Mejías. Y en su afán por ganarse el mundo llegó a Caaracas, donde aprendió tipografía, mecanografía, inglés, además de continuar sus estudios de música. Le encantó la guitarra.
Como músico trabajó en emisoras de radio e ingresó en la Escuela Superior de Música José Ángel Lamas, donde obtuvo conocimientos de los afamados maestros Juan Bautista Plaza, Raúl Borges, Vicente Emilio Sojo y Primo Muschini.
El maestro Sojo lo incorporó a las filas de tenores del Orfeón Lamas, pero dada su precariedad económica tuvo que trabajar como músico en orquestas y en radio.
Ya en 1950 estaba dando conciertos no sólo en Caracas, sino también en Trujillo, Valencia y Barquisimeto, recibiendo elogios de los mejores críticos musicales de la época.
Ese año tuvo una destacada actuación en la Escuela Superior de Música cuando interpretó obras de Juan Sebatián Bach, en la ocasión de cumplirse el bicentenario de la muerte del célebre músico alemán.
La literatura Díaz se llegó a definir como un músico prestado a la literatura. Escribió La música de mi niñez, Don Cecilio Zubillaga y mi tierra, Memorias de mi infancia, Música en vida y lucha del pueblo venezolano, La historia de mi guitarra, Alirio Díaz y el pueblo de Muñoz. A los 15 años escribió Historieta de La Candelaria en la que analizó todos los hechos importantes de su aldea nativa. Descrito como un escritor de fina urdimbre evocativa, escribió de su padre, de las familias del pueblo, de los juegos de su infancia, de las canciones y músicas locales, de los rudos trabajos y sacrificios de su generación, de sus lecturas iniciales, de su salto hacia Carora. También fue columnista de importantes diarios locales y nacionales.
De Carora para España
En noviembre de 1950 se va a Madrid y entra a estudiar en el Conservatorio de Música y Declamación, que dirigía el compositor Regino Sanz de la Meza.
Alirio Díaz se presentó en el Ateneo de Madrid, en el Teatro Español, en el Palau de la Música de Barcelona, la Alhambra y en el Teatro Principal de Valencia, ganándose los públicos por su forma de interpretar la guitarra. Y tanto músicos como intelectuales le expresaban su admiración.
En 1951 se trasladó a Italia, donde el mejor guitarrista de todo el mundo, el siempre recordado Andres Segovia, dictaba cátedra en la Academia Chigiana, de Siena.
Se convirtió no sólo en el mejor discípulo de Segovia, sino que éste lo hizo su asistente y luego en su sustituto en esa prestigiosa Academia.
El maestro Juan Bautista Plaza lo presenta en un recital en Roma, donde el embajador de Venezuela era el poeta Alberto Arvelo Torrealba. Alirio Díaz no olvida sus raíces y cuando viene a Venezuela se preocupa por realizar investigaciones de la música autóctona.
Se dice que su carrera se despega en 1956 cuando firma contrato con la empresa francesa Editions de la Boite á Music, que le grabaría sus interpretaciones.
El maestro Alirio Díaz dio conciertos en los cinco continentes y en todos obtuvo la admiración y el respeto porque fue extraordinario músico, compositor e investigador.
En agosto de 1974 fueron creados los Premios Internacionales de Guitarra Alirio Díaz por decisión del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (Inciba). Se realizaría anualmente en Caracas para los profesionales de la guitarra, nacionales y extranjeros. El primer concurso se efectuó del 8 al 12 de abril de 1975. Desde entonces se han realizado 18 ediciones.
Sus frases:
- “La guitarra es el instrumento del sentimiento”.
- “La guitarra tiene personalidad propia y una de sus bellezas está en la sonoridad profunda y tenue que posee”.
- “Las manos reflejan la emoción, la sensibilidad del guitarrista a través de las sonoridades que no sólo las produce el instrumento en sí, sino que vienen de dentro del intérprete”.
“No le habría pedido a mi infancia, a mi gente y a mis aldeas La Candelaria y Muñoz, un mejor estrato espiritual, musical y humano”. - “Los jóvenes guitarristas deben analizarse y conocer hasta dónde llega su sensibilidad, vocación, voluntad, espíritu de trabajo y disciplina que requiere este arte porque la música es muy bella, pero requiere de mucho sacrificio y perseverancia. No basta tener talento
musical sino espíritu de trabajo. Yo he renunciado a la pasión que siento por la literatura, y el periodismo”. - “Es imposible que el artista se meta a dormir en los laureles. Debe estar siempre en su quehacer creador, en la búsqueda del perfeccionamiento”.
- “Siempre trato de venir a las fiestas patronales de La Candelaria, significan un encuentro con mis parientes, con mi infancia y todo mi pasado, con mis amigos de toda la vida, en fin, con mi tierra que nunca olvido, así esté en el lugar más remoto del mundo”.
La celebración del centenario de su nacimiento, como ha dicho el alcalde de Torres, continuará porque para el próximo año, la alcaldía y la sociedad civil, que están unidas, llevarán a feliz término, como se espera, el concurso internacional de guitarra, al cual serán invitados los guitarristas clásicos de todo el mundo.
