Conocidos científicamente como Loxodonta africana, los elefantes africanos son los animales terrestres más grandes de nuestro planeta. Están divididos en dos subespecies: el elefante de la selva africana y el elefante de la sabana africana. Ambas variedades comparten ciertas características, como sus grandes orejas, colmillos imponentes y una estructura social compleja.
El hábitat principal de los elefantes africanos abarca desde las densas selvas hasta las extensas llanuras y sabanas. Su adaptabilidad a diferentes entornos ha contribuido a su éxito como especie. Sin embargo, la pérdida de hábitat debido a la expansión humana y la caza furtiva han llevado a una disminución preocupante de sus poblaciones en las últimas décadas.
La estructura social de los elefantes africanos es compleja y jerárquica. Viven en manadas lideradas por una matriarca experimentada.
La comunicación entre ellos se realiza a través de una variedad de sonidos, gestos y vibraciones del suelo. La lealtad a la manada y el cuidado de los más jóvenes son fundamentales en su sociedad, lo que refleja una profunda conexión emocional entre los miembros del grupo.
Un rasgo distintivo de los elefantes africanos es el tamaño de sus orejas. Estas estructuras, grandes y abiertas, sirven para regular la temperatura corporal. Los elefantes, al no poseer glándulas sudoríparas eficientes, utilizan sus orejas para disipar el calor a través de la irrigación sanguínea.
Los colmillos de marfil, otra característica icónica de los elefantes africanos, han sido tanto su salvación como su maldición.
A lo largo de la historia, estos colmillos han sido codiciados por su valioso marfil, – material duro, compacto y blanco que forma parte de los dientes de los vertebrados – lo que ha llevado a una caza furtiva desenfrenada y a la disminución de las poblaciones de elefantes.
La caza ilegal de animales alcanzó su punto más alto en 2011 y, desde entonces, ha ido disminuyendo, pero, persiste y se agrava en otras regiones, especialmente en África Central y Occidental. Simultáneamente, el hábitat de los elefantes continúa deteriorándose o desapareciendo debido a la actividad humana.