«Ciudadana Fiscal usted tiene la razón:
El padre y el hijo son psicópatas, son violentos e indecentes».
Crisanto Gregorio León
El testimonio de un defensor privado.– La siguiente es la exposición de un defensor privado quien comparte su experiencia de cuando tuvo como clientes a dos psicópatas y sorprendido en su buena fe por la personalidad manipuladora que los define, creyó en la inocencia de ambos, hasta que sus conductas lo disuadieron. No todos los abogados anclan su ejercicio profesional en los merecidos honorarios; ya que el norte es luchar porque la verdad real sea recogida como verdad procesal, en la que está interesada la justicia. El abogado es un auxiliar de la justicia, por ello, su principal función es contribuir a impartirla, por lo que su labor debe ser la búsqueda de la verdad para que triunfe y se consolide, en respeto del Estado de Derecho. Según el último aparte del artículo 253 Constitucional, los abogados forman parte del sistema de justicia venezolano y he aquí un testimonio.
Consideraciones previas.- Cuánta razón ha tenido la ciudadana Fiscal del Ministerio Público. Aun cuando yo no comulgo enteramente con la aplicación y ejecución de ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, no por la propia ley sino porque hay quienes se aprovechan de las previsiones de este instrumento para venganzas privadas, para cometer injusticias en contra de hombres inocentes. Además de que la ley privilegia a la mujer por encima del hombre y no existe una ley sobre el derecho de los hombres a una vida libre de violencia, no obstante ser una realidad de la que se guarda silencio por pena o estigma. Como si los hombres no sufrieran violencia en los términos de la ley, por parte de algunas mujeres y entonces deben ir a defenderse por la vía ordinaria común, si es que tienen talante por ejemplo para soportar que los señalen como unas mamitas porque sus mujeres v.g, los golpearon y eso ya es bastante estigmatizante para un varón.
No merecen la libertad.– No obstante debo decir, que tuve la ocasión de ser defensor privado de dos sujetos, padre e hijo. A quienes la Fiscalía los imputó por haber golpeado a una señora. Desde luego estos sujetos al entrevistarse conmigo para que los defendiera me narraron su acomodaticia versión de los hechos. Hasta ese momento no había detectado sus trastornos de personalidad. Durante los casi cuatro años que ha durado la causa he podido estudiar a estos sujetos, a los imputados, a mis defendidos, toda vez que “algo” me ha estado haciendo ruido respecto de estos “señores”. En tal sentido, de manera incidental por situaciones que se han presentado he tenido que mantener con ellos una relación, que por mi parte ha sido honesta y cordial, pero en la que he podido verlos sin sus disfraces. Ahora bien, ellos por supuesto no han sido honestos y todo cuanto caracteriza al padre igual lo describe al hijo, pero de manera amplificada y con una impulsividad y violencia que no logran gestionar. Les es cuesta arriba dominar al psicópata que llevan dentro y siempre cuales depredadores terminan protagonizando sus depravaciones. La psicopatía no tiene cura.
La verdad termina aflorando.- Absolutamente nunca la defensa privada está de acuerdo con la imputación del Ministerio Público, pero los abogados debemos tener claro que en nuestro actuar debe prevalecer a toda costa la verdad y antes que ganar el juicio, debe ganar la justicia. Como aquí no se señalan nombres, ni a nadie en particular; sirvan estas letras para la reflexión, cuando estamos inflados de pasión defendiendo a personas que decisivamente deben pagar sus crímenes pero cuyas causas hemos aceptado con la convicción de su inocencia. Por de modo que entendamos que hay criminales con conducta intermitente, con características histriónicas y alto grado de sadismo, manipuladores, controladores, mentirosos que pueden sorprender la buena fe de cualquiera. En el caso de estos dos, padre e hijo, propiciaron el escenario en el que planificaron agredir a la señora y se ufanan de ello. Me llena de enojo e indignación la circunstancia por la cual encima de que golpean a la señora de la tercera edad, la insultan con un verbo asqueroso, soez, vulgar y mutilante de su condición de mujer; no solo para agredirla físicamente sino también en su psiquis. Padre e hijo ejercieron maldad y sevicia sobre una mujer de la tercera edad, con la osada pretensión de quedar impunes. Las ofensas verbales de que fue objeto la dama a cualquiera dejan atónito y con inmovilidad tónica, tal cual lo experimentó la señora.
Antecedentes.- Inicialmente los imputados se muestran como gente con valores y principios de familia, en una primera fase, al menos el padre así se enmascara. Luego pude advertir que son personas viles y unos embaucadores tal cuales psicópatas. Por mi edad, al tratarse el padre de un hombre maduro no me fue difícil fraternizar con él e ingenuamente creerle. Pero a medida que transcurría el tiempo pude evaluar de qué se trata de un mitómano; es decir, padece un trastorno psicológico que consiste en una conducta repetitiva del acto de mentir. En varias ocasiones, muchas para ser preciso, fui testigo de excepción, de eventos puntuales donde se les caían las máscaras y habiendo verificado yo mismo su verosimilitud; en mi cara el padre me refuta y me dice que no es cierto lo que yo he visto y presenciado. Pero también es propia del hijo ésta aberrante conducta. Me dicen que es falso lo que han dicho delante de mí, y yo los he escuchado. Que no es cierto lo que yo oí salir de sus bocas. Y ese caradurísmo e irrespeto me colocó con base en estado de alerta. Otro asunto que me permite caracterizarlos es que se trata de camaleones. Pues ambos cambian a conveniencia de conductas, poseyendo una auténtica personalidad cóctel. Padre e hijo se mimetizar según convenga a sus intereses y son muy osados en la teatralización, perturbadoramente se les refleja la maldad en el rostro especialmente al hijo. Ellos están contestes que se identifican en su mutua trastornada personalidad y se sienten orgullosos de eso. Aseveraciones que los dejan en evidencia y dichas delante de mí, luego las niegan delante de sus esposas y demás familiares, haciéndome quedar mal, como si yo las hubiera inventado. Así son los psicópatas, te mienten de frente sabiendo tu que es falso lo que dicen y ex profeso niegan pasmosamente lo que hacen y se lo endilgan a los demás, corriendo la arruga y haciendo a otras personas responsables de sus actos maquiavélicos e inmorales. Los psicópatas son unos analfabetas morales o dicho de otro modo son unos idiotas morales.
Nos equivocamos de ángulo.– Pero la fiscal no se equivocó. La fiscal es una mujer bien plantada, una señora seria con rostro de pocos amigos, pero ella tiene y sabe sus razones. Debe manejarse así ante tanta desfachatez que se consigue a diario, Con toda certeza la experiencia en materia de “violencia contra la mujer”, la han dotado del arsenal psicológico utilísimo para leer a los psicópatas, sin saber que se trata de psicópatas, sin adjetivarlos de psicópatas, pero con la certeza de la culpabilidad de los imputados. La fiscal ha sabido oler a estos delincuentes que vulneran los derechos de las féminas. En el caso narrado, tanto el padre como el hijo tienen capacidad de disimulo y son farsantes, alterando las circunstancias y tergiversando los hechos, con una carencia total de empatía. El hijo se caracteriza por poseer rasgos exacerbados de grandiosidad, de manera enfermiza o morbosa, al punto patético. Controla a sus monos voladores para que ellos hagan y digan lo que él les impone. El padre justifica al hijo alegando que sus actos despiadados son un juego, “él se está jugando dice”. Jamás me había arrepentido de haber defendido a unas personas como en este caso, donde padre e hijo son sádicos y engañosos y saben cómo camuflarse de gente empática sin serlo. El hijo
particularmente se satisface del dolor ajeno y el padre se congracia.
El narcisista.– El hijo además de misógino, es un ejecutor de maldad, es un irreverente con alto grado del narcisismo, un individuo irrespetuoso que implanta escenarios y manipula a las personas, en su afán por imponer su voluntad de maldad y sadismo. Su aparente jovialidad y carisma es una máscara. El hijo es un burletero, es un escarnecedor a imagen de su padre. Igualmente es un mitómano y un histrión que morbosamente fragua contextos falsos, se burla de la gente y está convencido de que nadie se entera de la manera tan perversa de su falaz discurso. Le gusta aplicar ghosting y luego negarlo en la cara de las víctimas. Ambos, pero con mayor perplejidad lo hace el hijo; aplican un trato cruel e inhumano, sin escrúpulos abiertamente en muchas ocasiones aunque en otras guardan las apariencias; sin experimentar culpa ni remordimiento y sin ninguna consideración agreden la autoestima de sus víctimas, aplicándoles un despiadado desprecio. Con el tiempo por testigos y por sus propios actos, pude cerciorarme del modo y forma como además de golpear a la señora, la vejaron entre padre e hijo, con insultos, bajezas y cuanta palabra obscena pudieron derramar sobre la anciana, aquella noche escandalosa. El hijo no respeta a nadie, se cree mejor que todos y particularmente no respeta a la tercera edad, trata a las personas mayores como si fueran basura, es grosero, vulgar e igualado. No respeta las canas. Se mofa de manera infame de la gente mayor y con un ego inflado se siente justificado. Es importante resaltar que la psicopatía es una variante del narcisismo, de modo que todo psicópata es narcisista. Detonantes asuntos de genética y de crianza han hecho de estos hombres unos depredadores sociales.
Hombres sin palabra, estafadores de oficio.– Como todos los psicópatas, estos dos, padre e hijo cuales parásitos se aprovechan de las demás personas, y están disuadidos de que las víctimas deben regalarles u obsequiarles sus propiedades y derechos. Tienen una exacerbada vena de rapiña y codicia. Se trata de un dúo de depredadores sociales. He presenciado como en las actividades a que se dedica el hijo, muchas personas se quejan por haber sido estafadas y éste se hace el desentendido fingiendo inocencia, volteando los escenarios aparentando ser la víctima cuando es el victimario. Además de haberse apropiado por mañas, engaños y artificios de la casa de una viuda, este agresor social es un experimentado manipulador, invirtud o tara que heredó del padre con el ejemplo, la crianza y la genética. Un tercer personaje, un hijo uniformado por cuya presencia en la familia, se sienten por encima de la ley, y cuya personalidad es idéntica a la de su padre y a la de su hermano. Seguramente el tiempo se encargará de sus destinos y el largo brazo de la ley les pondrá los ganchos en su debido momento. Es tanta la mentira con la que juega este par de delincuentes, que los argumentos de su defensa se han desplomado cuales edificios sin bases. A la señora que golpearon, no solo la agredieron físicamente, sino que laceraron su mente atacando su autoestima y su valía como ser humano, con sus bocas en extremo sucias y vulgares la llenaron de un lodo inmundo, se burlaron de ella y fueron insolentes con su condición de mujer. A los psicópatas les gusta invalidar a sus víctimas
Evasores experimentados.- El hijo, como todo estafador, se esconde para no dar la cara ni pagar por lo adeudado. Adquiere compromisos que luego no satisface. Y tal cual sinvergüenza le ve la cara a la gente, como si los otros fueran tontos. Arguye que si le exigen que cumpla su palabra empeñada, entonces se están aprovechando de él, además es perverso creando confusiones. Se hace el desentendido, en la cara de los estafados y hasta se llena de furia cuando le reclaman que pague lo que debe. Como todo depredador, toma como debilidad la cortesía y la educación de los estafados, lo que constituye un combustible que alimenta su trastornada personalidad. El ghosting es uno de sus modus operandi para rehuir e incumplir y es una forma usual de burlarse de la gente, al no atender las llamadas ni los mensajes de Whatsapp, y cuando lo buscan, lo localizan y lo increpan en persona, dice que sí respondió, e indica que revisen sus teléfonos. Pero responde en ese justo momento, enviando los mensajes a destiempo en el instante que en persona se le reclama, para que en efecto queden registradas las respuestas en los teléfonos celulares de las víctimas, y les dice a los estafados: “si te respondí revisa”. Si mi respuesta va llegando no es mi culpa sino de las plataformas tecnológicas. Mientras experimenta gozo maléfico y suficiencia psicopática por tan atrevida hazaña, pues con un quinto grado de educación primaria en un sentimiento ambivalente desprecia y envidia la preparación académica de los demás, afanandose en demostrar que es más astuto e inteligente que otros. En realidad, como todo narcisista se cree sobrado.
Fungiendo como intermediario, el hijo, se queda con el dinero que unos le pagan a otros y lo usa para su provecho personal y en vez de ponerlo todo y completo en las manos de sus legítimos dueños de una vez y en un solo acto; lo va entregando a cuotas en largas prolongaciones de tiempo, de modo que el dinero no pueda ser disfrutado por su acreedor, sino que se diluya el poder adquisitivo de la moneda a la vez que se devalúa. Dicho de otro modo, cuando decide entregarlo a su legítimo destinatario, lo hace poco a poco, a paso lento y en tan pequeñas migajas, en insignificantes cantidades al punto que no se pueda disfrutar de ese dinero. Asimismo al momento de entregar lo que no le pertenece y de lo que se ha adueñado indebidamente, le hace chistes malvados y burlas a quien lo recibe, porque es un hombre escarnecedor.
Post nubila phoebus .- Después de las nubes el Sol. Tal cual el lema de nuestra alma mater. Sin embargo, nunca es tarde, pese a que estos perversos se camuflaron para aparentar ser inocuos y pasar como gente socialmente aceptable, han quedado al descubierto; pues se trata de psicópatas y como tales son mentirosos, con un ego inflado, violentos, de vida parasitaria y promiscua, de trato cruel y sin remordimiento, con sentimientos como la envidia, el odio y la ira, no pueden ni saben gestionar sus impulsos u otras conductas agresivas, además son proclives a la corrupción. La imputación del Ministerio Público es digna de ser honrada por cuanto a las mujeres hay que respetarlas. He podido cerciorarme que a la señora víctima la golpearon sobremanera por su condición de mujer.
El tacto en la solidaridad de género.- Mis consideraciones a quienes trabajan en el Ministerio Público y en los tribunales dedicados a estos menesteres para adecentar la sociedad en la defensa de las mujeres. Mis respetos a los que luchan por evitar un gol del equipo violento. Siempre la prudencia amerita el tacto pertinente para no convertir en criminales a gente realmente inocente, pero también para evitar que criminales se hagan pasar por inocentes y sus actos violatorios de la ley se queden impunes. La psicopatía no es una enfermedad, es una trastorno antisocial de la personalidad, por cuyas características quienes la padecen si bien no tienen conciencia moral, si tienen conciencia cognitiva por lo tanto saben perfectamente lo que hacen. Por tal motivo son responsables penalmente. No se debe perdonar a los golpeadores de mujeres y en el caso de marras a quienes solo les faltó escupir a la señora.
«Cuando la ley no nos funciona,
debemos convertirnos en psicólogos o en psiquiatras».
Crisanto Gregorio León
Crisanto Gregorio León
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