Laika la perrita que hace 66 años, el 3 de noviembre de 1957, se convirtió en la primera astronauta de la historia al viajar al espacio a bordo del Sputnik 2, el segundo satélite artificial lanzado por la Unión Soviética.
La hazaña de Laika marcó hito en la carrera espacial y abrió el camino para los futuros vuelos tripulados
Laika era una perra callejera de Moscú, de unos tres años de edad y unos seis kilos de peso, que fue seleccionada junto con otros dos perros para someterse a un riguroso entrenamiento que incluía simulaciones de ruido, vibración, aceleración y aislamiento.
Laika fue elegida por tener un temperamento tranquilo y el tamaño adecuado para la pequeña cápsula del Sputnik 22.
La misión de Laika tenía fines científicos y propagandísticos, pues se pretendía estudiar los efectos de la ingravidez y la radiación en los seres vivos, así como demostrar la superioridad tecnológica de la URSS frente a Estados Unidos.
El Sputnik 2 no estaba diseñado para regresar a la Tierra, por lo que los creadores del proyecto sabían que Laika moriría en el espacio.
Durante años, se ocultó la verdadera causa y el momento de la muerte de Laika. Se dijo que había sobrevivido varios días y que había sido sacrificada antes de quedarse sin oxígeno.
En 2002 se reveló que Laika murió pocas horas después del despegue, pues un fallo del sistema térmico ocasionó el sobrecalentamiento de la cápsula. El 14 de abril de 1958 su cuerpo se desintegró al reentrar en la atmósfera.
Laika fue el primer animal en orbitar la Tierra, pero no el primero en pisar la Luna, como se afirma erróneamente en algunas publicaciones. Ese honor le corresponde a los astronautas estadounidenses Neil Armstrong y Buzz Aldrin, que alunizaron el 20 de julio de 1969.
Laika, sin embargo, sigue siendo recordada como una heroína de la exploración espacial y un símbolo del sacrificio animal. En 2008, se le erigió un monumento en Moscú, cerca del centro de investigación que preparó su vuelo.