Hay una variedad de sentimientos que compartimos todas aquellas personas que pudimos trabajar, apoyar y ser testigos de lo ocurrido el domingo 22 de octubre, durante la celebración de las Primarias de la oposición. Una paleta de emociones que van desde la sorpresa por el gran apoyo popular que tuvo la jornada política más importante de este año, la alegría compartida entre los que trabajamos para construir este espacio de resistencia frente a la amenaza del autoritarismo, hasta desembocar en el sentimiento de orgullo por ser parte de un pueblo como el venezolano, que ha demostrado estar comprometido con la recuperación de la democracia.
Aunque fue una alegría ver las imágenes de la movilización ciudadana, unas semanas antes de ese domingo ya teníamos indicios de que las Primarias habían llegado a la gente y se había imbricado con las ganas de cambio pacífico que tienen la mayoría de los venezolanos. Ese día nos dimos la oportunidad de ejercer nuestro derecho a la resistencia cívica y pacífica frente a un sistema de gobierno de abierta vocación totalitaria, ese domingo los venezolanos, con los pies en la tierra, juntos, nos atrevimos a soñar por un país distinto, señalando el camino que queremos transitar. Quien se niegue a entender el mensaje, se quedará en la cuneta de la historia.
Hoy estamos obligados a recordar que las Primarias fue un proyecto de un puñado de ciudadanos de incuestionable vocación democrática, que persistieron en una idea hasta darle forma, ganando a pulso los apoyos de los partidos políticos, sociedad civil, periodistas, ONG, generadores de influencia y organizaciones populares, un grupo de venezolanos que fue venciendo los sabotajes y amenazas desplegadas por el Estado y el silencio comunicacional impuesto por el régimen, hasta convertir, con mucho esfuerzo, el voto en un movimiento cívico, popular, de carácter democrático, pacífico y de alcance
nacional.
Quienes nos gobiernan han preferido cerrar los ojos ante este contundente mensaje y en menos de 48 horas han desplegado toda una batería de amenazas en contra de los organizadores de las Primarias. Su discurso, amparado en tecnicismos alambicados, pretende negar lo que todos vimos en la calle, haciendo asociaciones absurdas entre el voto y la violencia, una teoría que sólo existe en su imaginación, acostumbrada a las conspiraciones palaciegas.
Aunque nos sorprenda su capacidad de negar los hechos, no podemos subestimar la fuerza con que tratarán de vengarse, atacando a los responsables de la organización de las Primarias. Nuestra solidaridad activa y la unidad en su defensa, debe ser el modo en que agradezcamos el trabajo de Jesús María Casal, Mildred Camero y los coordinadores de las Juntas Regionales de la Comisión Nacional de las Primarias, hoy amenazados por un sistema judicial al servicio de un poder que le tiene miedo a la democracia.
El lunes 23 de octubre, en medio de un abanico de emociones profundas, nos dimos cuenta que no cambió Venezuela, por el contrario, nos reencontramos con un país y un pueblo que nos recordó su compromiso de recuperar la democracia de manera cívica, pacífica y en unidad. Todo nuestro apoyo a los venezolanos que participaron y a María Corina Machada como vencedora del proceso. Reafirmamos nuestro compromiso con la ruta para lograr el cambio político a través del voto y la participación de todos los venezolanos.
Roberto Patiño
Fundador de Alimenta La Solidaridad y Mi Convive.
www.rpatino.com