Las crisis económicas se están extendiendo por los países fronterizos con Israel, lo que plantea la posibilidad de una reacción en cadena a partir de la guerra con Hamás, que empeore aún más la salud financiera y la estabilidad política de Egipto, Jordania y el Líbano.
Cada uno de los tres países enfrenta diferentes presiones económicas que llevaron al Fondo Monetario Internacional (FMI) a advertir en un informe de septiembre que podrían perder su “estabilidad sociopolítica”.
La advertencia se produjo poco antes de que Hamás atacara a Israel el 7 de octubre, desencadenando una guerra que podría causar un caos económico, que probablemente tendrían que abordar el presidente Joe Biden y la Unión Europea.
Las posibles consecuencias están empezando a ser reconocidas por los líderes mundiales y los analistas políticos.
Para una administración Biden comprometida a evitar que la guerra entre Israel y Hamás se amplíe, el conflicto podría amplificar las tensiones económicas y posiblemente provocar el colapso de los gobiernos. Si el caos no se controla, podría extenderse a una región que es vital para el suministro mundial de petróleo, con repercusiones en todo el mundo.
Mirette F. Mabrouk, directora del programa de Estudios sobre Egipto del Instituto de Oriente Medio, dijo: «Egipto se encuentra en la peor crisis económica que puedo recordar en al menos cinco décadas» y eso sólo complica la actual agitación provocada por la guerra.
Un posible revés importante para Egipto derivado de la última guerra entre Israel y Hamás sería la pérdida de turistas que buscan explorar las antiguas pirámides y la historia del país.
El turismo es uno de los principales sectores económicos de Egipto y, junto con la inversión extranjera, proporciona el acceso necesario al resto de la economía mundial.