Trabajo de: www.radiofeyalegrianoticias.com
En el marco de la celebración de la tercera fiesta litúrgica, que coincide con su natalicio, la iglesia católica se prepara para rendir homenaje a José Gregorio Hernández, quien dejó una huella inolvidable en la historia de Venezuela.
En ese contexto, Radio Fe y Alegría Noticias conversó con el padre Magdaleno Álvarez, párroco rector del Santuario Niño Jesús del Beato José Gregorio Hernández, de Isnotú en el estado Trujillo, quien consideró que “el médico de los pobres” puede ayudar en la recuperación del tejido social, familiar, religioso, espiritual, moral y ético de Venezuela.
El padre Magdaleno, quien afirmó que José Gregorio es uno de los fenómenos religiosos más arraigados en Venezuela y en diversos países latinoamericanos, como Colombia y Ecuador, explicó el impacto de su devoción en la comunidad de Isnotú —donde el beato es un punto de referencia y orgullo—, sus aportes a la ciencia médica y sus perspectivas sobre el proceso de canonización, entre otros aspectos importantes del “médico de los pobres”.
¿Cómo describe la devoción popular a José Gregorio Hernández, tanto en Venezuela como en otras partes del mundo?
Podemos decir que es uno de los fenómenos religiosos más arraigados en Venezuela y en varios países de América Latina: fruto de la migración de los venezolanos a naciones de Europa y Norteamérica a lo largo de los años, también es conocido en otros lugares.
Sin embargo, esta devoción se describe como una de las más profundamente arraigadas en Venezuela, Colombia y Ecuador. En nuestra patria, está asentada en las familias, ya sea entre intelectuales, campesinos, mujeres, hombres, niños, clérigos, personas muy religiosas o poco practicantes.
Desde la iglesia católica, quisiéramos que la devoción se centre cada vez más en Dios todopoderoso y que se vea a José Gregorio Hernández como un amigo de Dios, un hijo de la iglesia y una persona que se esforzó por alcanzar la santidad.
Ciertamente existen numerosas manifestaciones populares de veneración a José Gregorio Hernández, que se observan en los caseríos, caminos, montañas, capillitas, familias y en situaciones de enfermedad y dificultad.
Esta devoción es amplia y diversa, pero sin duda hay polos de religiosidad destacados. El santuario de Isnotú y el de Nuestra Señora de la Candelaria en Caracas, donde se encuentran sus reliquias, son dos de los lugares donde esta religiosidad se manifiesta de manera especial.
¿Qué papel tiene la figura de José Gregorio Hernández en la vida religiosa de la comunidad de Isnotú?
Es el orgullo de la gran mayoría de la gente que reside aquí, especialmente de los católicos. Ha tenido un impacto significativo en la vida de este pequeño pueblo, ya que lo convirtió en un punto de referencia a nivel nacional e internacional. Ser de Isnotú, el lugar donde nació y creció el doctor José Gregorio Hernández, es un compromiso para los isnotuenses.
Desde el punto de vista de su figura, se le profesa devoción y cariño, y se manifiestan numerosas expresiones de religiosidad. Sin embargo, es importante trabajar en un mejor entendimiento de su vida y legado, involucrando a niños, jóvenes, adultos y familias, para comprender a fondo su figura y emular sus virtudes como hombre de fe y de iglesia.
La vida de este pueblo gira en gran medida en torno al santuario, ya que la parroquia y el santuario son constantemente atendidos por la comunidad de Isnotú, que siempre cuida de su templo. Además, desde el punto de vista comercial, este pueblo depende en gran parte del turismo religioso, lo que se traduce en una fuente de empleo para muchas familias. En definitiva, la devoción a José Gregorio Hernández contribuye de diversas maneras al sostenimiento de la economía local.
¿Cuáles fueron sus aportes más resaltantes en el desarrollo de la medicina moderna en Venezuela?
Él mismo, como ejemplo de la necesidad de prepararse más en una medicina menos teórica y más práctica, fue elegido por el gobierno de Venezuela en 1889 para cursar estudios en París y traer los adelantos de la ciencia médica al país. Trabajó principalmente en una enseñanza más práctica a través de la UCV. Además, instaló la primera cátedra de bacteriología en todo el continente americano.
El primer laboratorio que se estableció lo adquirió, compró todos los implementos y las indumentarias, aprendió su uso y luego lo trajo aquí para enseñarlo. Fue un ejemplo fundamental porque formó médicos para todo el país. Por supuesto, en la época del Dr. José Gregorio Hernández, también hubo otros eminentes médicos y científicos destacados, pero él sobresale entre estos.
Participó, por ejemplo, en la Academia Nacional de Medicina y en otras áreas. Dejó un legado en la universidad, en el Hospital Vargas y en la atención privada a la gente. Por lo tanto, su figura fue reconocida en todo el país.
¿De qué manera influyó José Gregorio Hernández en la atención médica y en la formación de médicos en Venezuela?
Fue una figura destacada en su época, ya que, como hemos mencionado, introdujo una enseñanza más práctica y menos teórica, diferente a la que se impartía en Venezuela. Junto a otros científicos, no fue el único, pero sí uno de los pioneros de la enseñanza práctica en laboratorios y hospitales. Se dedicó a formar profesionales de la salud de alta calidad que luego se dispersaron por gran parte de Venezuela. Fue un excelente profesor, al punto de ser aclamado por sus alumnos. Era una persona sumamente responsable, preparada, estricta y exigente.
Renunció a las cátedras que impartía en la Universidad Central de Venezuela para ingresar como novicio en la Cartuja. Cuando regresó, los mismos estudiantes lo aclamaron mientras estaba en el seminario de Santa Rosa de Lima, para que volviera a la universidad, tal como los pacientes lo requerían en sus casas y en los hospitales. No solo enseñó, sino que también escribió obras de ciencia médica, investigó y colaboró con otros profesionales. Contribuyó significativamente a la formación de los profesionales, compartiendo conocimientos con los mejores médicos y docentes de su época. Su influencia en la enseñanza médica en Venezuela dejó una huella profunda.
Una vez que su memoria se hizo reconocida, se convirtió en una tarea para todos los profesionales, quienes no solo debían considerar la parte científica. Él sostenía que un buen médico es aquel que cura, esa es la esencia de la medicina: sanar y atender a los pacientes. Aunque existen otros aspectos en la carrera médica, lo más importante, según le transmitió a su sobrino, es ser un médico que cura y se dedica a sanar. De esta manera, fue un ejemplo no solo en su época, sino para todas las generaciones de profesionales médicos en Venezuela.
¿Cómo avanza el camino hacia la canonización y cómo ve el futuro de la devoción a JGH?
En cuanto al camino hacia la canonización, lo primero que tenemos que decir es que, gracias a Dios, ya se dio ese paso tan anhelado, que era la beatificación, la cual contribuyó a que se conozca más su vida y obra. Todo este proceso lo lleva a cabo la Arquidiócesis de Caracas, el cardenal Baltazar Porras, el vicepostulador Gerardino Barrachini y todo su equipo están trabajando arduamente en el proceso.
Ellos mismos nos informan que hay un milagro en análisis en el Vaticano que va por muy buen camino: aunque lleva varios pasos parece que está lo suficientemente fundamentado y documentado, por lo que fue bien recibido. Hace poco, el papa Francisco también mencionó a José Gregorio Hernández como ejemplo en una de sus audiencias públicas, lo que significa que está presente y con el favor de Dios, anhelamos que la canonización sea lo más pronto posible.
La beatificación y el proceso de canonización han influido en el fervor a José Gregorio Hernández: impulsó una devoción más auténtica y lo hizo aún más conocido, pero es aún mejor si se conoce quién fue este ciudadano, cristiano, médico, profesor, científico y persona familiar que se ocupó de sus parientes y que fue un héroe o líder civil para la sociedad de esa época. Al mismo tiempo, su legado significa mucho para nosotros, siendo un principio de valores y renovación en Venezuela.
Así que la devoción, el proceso de beatificación y canonización son un estímulo para sentirnos orgullosos y para presentarlo como un excelente venezolano que puede ayudarnos en la recuperación del tejido social, familiar, religioso, espiritual, moral y ético de nuestra patria.
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