Un día después de que el huracán Otis tocase tierra en Acapulco provocando inundaciones masivas y desatando saqueos, las autoridades informaron el jueves que en la ciudad turística de casi un millón de habitantes fallecieron 27 personas y cuatro permanecen desaparecidas.
Así lo indicó la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, al presentar un balance de los graves daños en la infraestructura hotelera, vialidad, servicio eléctrico y comunicaciones que ocasionó el pasó del huracán por el estado sureño de Guerrero, y en particular por Acapulco.
“Fue muy desastroso… no tiene precedentes”, dijo el jueves el presidente Andrés Manuel López Obrador al lamentar las víctimas que dejó el paso del huracán por la ciudad costera.
En su conferencia matutina López Obrador informó que entre las víctimas fatales había un funcionario de la Secretaría de la Defensa que estaba de descanso y que murió al caerle un muro encima. El mandatario detalló que entre los desaparecidos hay tres miembros de la Armada.
Acapulco está al pie de escarpadas montañas donde conviven casas de lujo y vecindarios muy pobres con impresionantes vistas al Pacífico. En una época fue destino de estrellas de Hollywood por su vida nocturna, la pesca deportiva y los espectáculos de clavados en sus acantilados, pero en los últimos años ha sido tomada por el crimen organizado, lo que llevó a muchos de los turistas extranjeros a las aguas caribeñas de Cancún y la Riviera Maya o a playas más al sur en el estado de Oaxaca.
López Obrador indicó que Otis fue un huracán más potente que Paulina, que arrasó partes de Acapulco en 1997 y dejó más de 300 muertos.