Por: Alicia Iribarren
Como maestra fundadora de este ilustre instituto educacional, les relataré parte de su historia. En el año 1944 nos reunimos varios educadores, éramos, maestros de escuelas nacionales, quienes, por órdenes del Estado, conformamos un grupo para dar los primeros pasos en la fundación de una concentración escolar para la zona oeste de la ciudad. Nos instalamos en una espaciosa casa, propiedad de un señor Silva, quien tenía su hogar con una linda familia, justo al lado de la propiedad alquilada al ministerio. Estaba ubicada en la calle Libertador, hoy carrera 19 entre calles 44 y 45.
Ante la inscripción de numerosos niños, comenzamos con sillas y mesitas y algunos pupitres. Los maestros éramos el profesor Marcial Herize Ponte, hombre recto con gran mística y carisma así como don de mando, él quedó como el primer director del instituto. Los profesores Pablo León y José trinidad Giménez, educadores con gran vocación de servir a la formación, la conocida “catira” Isabel Oirdobro Duin, educadora como pocas, excelente en los primeros pasos de lectura y escritura, quien suscribe estas líneas maestra de segundo grado, y Pedro Manuel Alvarado y viene a mi memoria sin seguridad la profesora Ananías De Hoy, quizá olvido algunos más pero acabo de cumplir 97 años y la memoria está acusando ligeros olvidos.
Para esos días llegó a Barquisimeto un Circo, pedimos al dueño aprovechar de organizar alguna forma para colaborar con la dotación de uniformes, a los niños de la escuela, entonces se acordó ofrecer entradas a bajo precio a los niños barquisimetanos quienes acudieron masivamente, para alcanzar una participación numerosa, fuimos a otras escuelas y colegios privados, quienes aceptaron dar unas horas libres a maestros y educandos, todo eso aprobado por el director de educación para el momento, el feliz resultado fue que lo recaudado dio para uniformar a los alumnos de la naciente escuela.
Hoy a 78 años de fundada La Escuela Federal Graduada José Gil Fortoul, siento emoción al verla situada al centro oeste de nuestra querida Barquisimeto, en una manzana completa, donde acuden las nuevas generaciones a recibir instrucción y dedicación de quienes escogieron dedicarse a la noble labor que contribuye a la formación de niños y adolescentes que dan sus primeros pasos hacia su desarrollo.
Alicia Iribarren