«Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos, a mí me lo hicisteis».
Mateo 25, 31-46. (El juicio de las naciones)
¿Quién es Cristo y quién es el diablo? .- Sabemos reconocer quién es Cristo y quien es el diablo. Hemos visto a Cristo en cada usuario inocente y en cada usuario humilde. Vemos a Cristo en aquel joven que se quitó la vida ahorcándose cansado de las extorsiones y del irrespeto a su cuerpo por haber sido reiteradamente sodomizado a capricho por quienes estaban llamados a garantizarle seguridad. Vemos a Cristo en aquellos que por “pena y necesidad” guardan silencio de los crímenes que se cometen en su contra por estar impactados en constatar que el hombre a quien ven como una figura paterna abusa de ellos.
Vemos a Cristo en cada trabajador tratado indignamente, en cada profesional golpeado en su autoestima, en cada hombre y en cada mujer despojado de su sustento mediante trampas y traiciones por Julio y Roxana, por Julio y Chabela, por Julio y Chuchín, por Julio y Ananás, por Julio y Harry, por Crucita y la tal Aguada. Vemos a Cristo en cada jovencita chantajeada por sexo, pero en cada jovencito también. Vemos a Cristo en todos aquellos que reclaman sus derechos y son burlados. Vemos a Cristo en todos los humildes usuarios que son obligados a desprenderse del dinero para el sustento propio y de su familia para pagar en dólares las extorsiones a que los conmina Julio, Chabela, Lesbia Carlota y el resto de sus monos voladores.
Vemos a Cristo en las víctimas de Lesbia Carlota y de sus tribadas, que por ser bonitas deben ceder a entregar sus cuerpos y protagonizar orgías. Vemos en Cristo a las víctimas de Mara el Pejesapo, la vieja bruja camandulera. Vemos incluso a Cristo en el Pastor que recibe de Maurén como “diezmo” el dinero sucio que ella obtiene de los extorsiones y venta ilegal de los títulos valores estafa. Sabemos de cómo Cristo en la institución es crucificado a cada momento cada día. Y por supuesto, ya deben saber quiénes son el diablo, pero que como diría Pierina, se hacen los angelitos. Pero si, son ángeles infernales. Vemos a la institución como un templo sagrado asaltado por “traficantes” donde acuden a comprar y donde se venden títulos valores estafa y otras perversiones. Vemos la institución como un templo invadido por mercaderes, delincuentes, corruptos y mercenarios. Claro está, allá al llegar al averno arreglarán cuentas con el diablo.
El ejército oscuro de Julio Séptimo Vásquez Masquer.- Con las embestidas de los monos voladores o el ejército oscuro del sargento de tropa el falsificado coronel; como el caso de Harry Larvado el esclavo espía del amo Julio que al igual que el resto de sus adláteres, correveidiles y lámeselas, padece el síndrome de “Stephen Candie”. Con esas ofensivas insolentes para disuadir psicológicamente a quienes lo adversan, con espontáneos sodomizados como el Pastor, más bien las víctimas sobre las que también se quiso infructuosamente hacer invasión psíquica o estupidizar acomodaticiamente;
por el contrario se fortalecen y cada vez se impulsan a continuar divulgando las perversiones que constatan bajo la gestión del doctor fraude.
Es que los monos voladores del seudo coronel aún conservan los grilletes psicológicos del control mental que sobre ellos ejerce su depuesto anti líder. Porque fueron reclutados por haber crecido defectuosos carentes de principios y de valores; pero además recibieron un malévolo entrenamiento previo al momento en que el narcisista psicópata fue nombrado el número uno en la institución, porque él ya estaba allí, tal como lo divulgó el gordo John, otro mono volador partner de Rosario y su mujer que ensucia el nombre de la Virgen. Julio el amo de los monos voladores “Stephen Candie” fue el aporte del coronel Leo Malaparte a la desgracia institucional y a quien se le debe la presencia persistente de Chuchín.
La mina de oro un pasaje al infierno.- Como lo asevera Maurén el co-gobierno corrupto de Julio Vásquez, “aquí es donde están los reales”. Encontramos encerradas en esta frase las razones por las cuales variada gente permanece allí, no obstante el hedor a condenación. No encontramos en la institución muchos inocentes de espíritu e ingenuos de corazón. Por lo que es pertinente también la frase “caras vemos delincuentes no sabemos”. Personas que por su investidura deberían guardar su imagen no solo para el público sino para sí mismos, por protección de sus almas. Pero claro “el hábito no hace al moje”.
De modo que allí intramuros se observa un atolondramiento por quedarse, por permanecer en la institución “inexplicablemente” ante los menguados salarios, pero los involucrados se visten y comen como ricos, andan en lujosos autos y mantienen una vida ostentosa, algunos abiertamente otros de bajo perfil guardando las apariencias. Ahora en todo caso los signos exteriores de riqueza los delatan. También se pasean pavoneándose, con petulancia y sentido de grandiosidad, henchidos de tal manera que pareciera que van a explotar por tanta jactancia. Aquí la honorabilidad y la decencia son excepcionales. Desde luego perderíamos la fe en la humanidad si no se encontrasen algunos que solo van a trabajar por amor al arte o por vocación. Lo que pasa es que hasta gente que parece inocua y honrada, se alarma y se pone sensible ante la posibilidad de no seguir en la institución, no obstante su desprestigio y la alta corrupción que la caracterizan.
Perfilador criminal de los monos voladores.- La apariencia de los involucrados, ni sus declaraciones garantizan honestidad ni decencia, pues están entrenados para mentir y engañar. Han prostituido sus almas y están pegados a una teta que no soltarán así nada más. Por lo que sin la presencia del anti líder Julio, han decidido hacerse pasar de inocuos, reinventarse, metamorfosearse, verbigracia los casos de Roxana y de Macu que son solo una muestra. El ejército oscuro de Julio Masquer está allí mutando para seguir y continuar la ofensiva como un virus que crea nuevas cepas para expandirse. Se han hecho expertos en el arte de camuflarse, cuales troyanos o malware Y no quieren, que se reclute gente con eticidad y moralidad reconocidas que puedan poner en peligro el negocio que consideran una mina de oro. Porque allí las extorsiones, la corrupción, las coimas y otros fétidos delitos, les garantiza la entrada de dinero sucio o dinero negro que es verde y que no declaran ni al fisco ni a las contralorías. Los monos voladores saben camuflarse de gente honorable. Pero su magnetismo para las corrupciones, extorsiones y otros delitos a los que están acostumbrados les impide irse de la institución, como una fuerza imantada que los mantiene pegados a la criminalidad de manera tentacular.
¿Un giro de ciento ochenta grados?.- La gente decente con principios y valores latentes, en toda ocasión mantiene los sentidos en estado de alerta rogándole a Dios que la nueva gestión sea virtuosa y que bajo esos parámetros sea exitosa y distinta al legado maligno de Julio Séptimo Vásquez Masquer y que los monos voladores no sean adoptados por la nueva figura de mando en quien los institucionalistas han depositado la confianza para que marque la diferencia con el coronel psicópata en cualquier plano de la ética, la moral y el respeto a las leyes.
La gente institucional en ningún modo quiere una reedición magnificada, del doctor fraude, tampoco quiere que nazca una nueva camada de monos voladores y que de manera rotunda la providencia sea una negación a todo lo que huela a Julio Vásquez. Que el estilo y las perversiones de Julio Vásquez sean solo una pesadilla que se logre superar ante un ejercicio virtuoso del nuevo timonel. El alma colectiva de la gente moral, de la gente ética, de la gente respetuosa de las leyes y sobre todo de la gente temerosa de Dios, aspira y espera que el comandante entrante sea un hombre de bien porque a la fecha no tienen elementos para pensar lo peor. Que quien ha llegado por la providencia sea un gerente y no un amo, que sea un líder y no un anti líder. Y que sea todo lo contrario a lo que es y representa Julio Séptimo Vásquez Masquer para la hoja de vida de la institución. De igual modo se quiere que los funcionarios eviten contagiarse del síndrome “Stephen Candie” y se quieran un poquito a sí mismos, con autoestima y amor propios.
Se espera que el sustituto sea un gerente que esté a la altura de las circunstancias.- Es que hasta el cielo conspiró para purgar de la empresa la presencia maligna del narcisista psicópata y experimentado delincuente Julio Vásquez. Aunque faltan los monos voladores para ser expulsados. Y de igual modo rogamos al cielo que a quien le toca comandar ahora la nave haga una gestión virtuosa. Los acontecimientos que desencadenaron la providencia fueron algo así como escuchar simultáneamente un canto gregoriano, al grupo musical The Police con el vocalista Sting, y a Annie Lennox interpretar Sweet Dreams. Pero principalmente fue como degustar en el alma las escenas de Pablito Calvo hablando con Cristo y este bajándose de la cruz para consentirlo. La institución no quiere que se reedite un desaliento, que todo este clamor no le vaya a quedar como una morisqueta; por lo que anhela que el nuevo rostro de esta querida empresa tenga presente una edificante frase de George Washington «Cuando asumimos ser soldados, no dejamos de ser ciudadanos». Dicho de otro modo, la institución no quiere sentir que ha salido de Guatemala para meterse en guatepeor, por lo que le desea éxitos y buen desempeño a quien está asumiendo la dirección de la empresa para que su legado no sea una versión magnificada del saliente.
¿Qué ha pasado con la honestidad?.- Evocando a Lester F. Ward “el alma humana agregada al cuerpo, semeja una nave donde el instinto constituye la máquina motora, donde el sentimiento es el combustible y el timón la inteligencia desde donde se dirige toda esa embarcación hacia la consecución de algo bueno y útil”. Pero nada de esto se está viviendo en la actualidad, hay masivas manifestaciones de que muchos no buscan ni lo bueno ni lo útil, más por el contrario se está talando la esencia divina y se está insuflando de maldad el alma humana. Cada vez el descaro es más grotesco, hay muchos a quienes les resbala tener una buena reputación, más bien aúpan lo bochornoso y hasta de forma jactanciosa se enorgullecen de hacer delante de todos y en cualquier escenario, un alarde de trampas y deshonestidad. La depravación es alarmante y puede proceder de quienes menos imaginaríamos. Son tantos los episodios que su persistencia la quieren hacer ver como normal y tan repetidos sus actos en cualquier ámbito que causa desconcierto.
Pareciera un retroceso, ¿no sé a qué?, un pasaje al averno tal vez. Un despliegue de retórica, de excusas sin fundamento, de justificaciones a ultranza. Y es que al mentir con suma facilidad, la gente está siendo deshonesta; al quedarse con lo que no les pertenece, al omitir lo correcto intencionalmente; verbigracia son tantas las conductas contrarias a la honestidad, que el desparpajo ha llegado a límites impensados. Ver con naturalidad aquello que no lo es, asimilar como bueno lo pérfido y devanearse entre la desfachatez y la indignidad son características tan elevadamente comunes que se desmantelan los valores para que se posiciones los antivalores. Hay quienes se pavonean en holocausto a la perfidia y esos antivalores son los que se hacen respetar más que el desempeño honesto y correcto de la gente decente. Hemos incluso adoptado costumbres foráneas que desdibujan nuestra esencia e idiosincrasia. Lo que para la gente decente y bien educada, lo que para la gente altruista y amable con forjados principios de honor y corrección sería un sollozo amargo perder el respeto y la propia valía, para otros es un asunto de pugilato delincuencial en el que la mala fama, el desprestigio y la aberración son condecoraciones… ¡Qué terrible!
«Hay que hacer las cosas ordinarias,
con un amor extraordinario»
Madre Teresa de Calcuta
Crisanto Gregorio León