El director de la Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria dijo el martes que los combates en la nación han alcanzado su peor momento en años, y que hay consecuencias devastadoras para los civiles.
“Estamos siendo testigos de la escalada más grande de las hostilidades en Siria en cuatro años”, dijo Paulo Pinheiro a la Asamblea General de la ONU. «Una vez más parece haber un desprecio total por la vida de los civiles en lo que a menudo son represalias de ojo por ojo”.
A principios de mes, un ataque con drones contra la Academia Militar de Homs causó 89 muertos, entre ellos 31 mujeres y cinco niños, y 277 heridos. Ningún grupo reivindicó la autoría del ataque, pero el ejército sirio acusó a insurgentes “respaldados por fuerzas internacionales conocidas” de llevarlo a cabo y lanzó como represalia una brutal campaña de ataques aéreos contra zonas del noroeste de Siria controladas por la oposición.
“En sólo cuatro días de bombardeos terrestres… unos 200 civiles murieron o resultaron heridos, y las instalaciones médicas, las escuelas y los mercados sufrieron de nuevo el impacto”, dijo Pinheiro. “Decenas de miles de personas están de nuevo desplazadas y huyendo”.
Mientras tanto, en represalia por un ataque en Ankara que hirió a dos miembros de las fuerzas de seguridad turcas, Turquía bombardeó zonas controladas por los kurdos en el noreste de Siria que, según dijo, eran utilizadas por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, o PKK —grupo separatista kurdo que ha librado una insurgencia de décadas en Turquía—, así como por sus aliados en Siria en las Unidades de Defensa Popular, o YPG.
Los bombardeos turcos provocaron “la destrucción y daños en centrales eléctricas y de suministro de agua, afectando a cientos de miles de civiles”, afirmó Pinheiro.
También se refirió a los recientes ataques aéreos contra los aeropuertos sirios de Damasco y Alepo, controlados por el gobierno, al parecer por Israel, que dejaron ambos fuera de servicio y “pueden haber afectado de nuevo a la entrega de ayuda humanitaria”.
El levantamiento sirio, convertido en guerra civil, ha matado a casi medio millón de personas, ha desplazado a la mitad de los 23 millones de habitantes que tenía antes de la guerra y ha paralizado las infraestructuras tanto en las zonas controladas por el gobierno como en las controladas por la oposición.