La democracia es más que una palabra en un libro de texto o un acto esporádico de votación: es un modo de vida, un conjunto de valores y principios arraigados en la conciencia cívica de una sociedad. El voto es una de las manifestaciones más visibles, pero es solo la punta del iceberg. La verdadera democracia se teje con la interacción diaria entre ciudadanos, en la manera en que nos tratamos los unos a los otros y en cómo participamos activamente en la construcción de un país mejor.
La Primaria del 22 de octubre es un recordatorio de nuestro compromiso ciudadano. Es una oportunidad para ejercer nuestro derecho al voto y, a través de ello, influir en la elección de candidatos que consideramos adecuados. Pero no debemos limitar nuestra comprensión de la democracia a este acto específico. Más allá de un día de elecciones, esta debe ser una parte integral de nuestras vidas. Significa respetar la Constitución y las leyes, promover la tolerancia hacia opiniones diversas y trabajar en pro del bienestar común.
Sin importar el resultado de la Primaria del 22 de octubre, ya sea quien sea la persona ganadora, debemos recordar que este evento es solo un paso más en el camino hacia el cambio político que tanto anhelamos como país. La democracia se trata de un proceso continuo y de una participación constante en la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Así que, más allá de la elección de candidatos, debemos mantener nuestro compromiso diario con los valores democráticos y seguir adelante en la lucha por un futuro mejor para Venezuela.
Cada día es una oportunidad para ser ciudadanos ejemplares. Cuando ayudamos a un vecino en apuros, cuando respetamos las normas de tráfico, cuando expresamos nuestras opiniones de manera respetuosa, la estamos construyendo. Cada acto de ciudadanía responsable es un ladrillo en la edificación de una sociedad basada en la justicia y el respeto.
La Venezuela que anhelamos no se forjará de la noche a la mañana, y ciertamente no se limita a una Primaria electoral. Si realmente queremos una Venezuela democrática, debemos recordar que nuestra participación no concluye el 22 de octubre, sino que continúa en el día a día.
No es suficiente con emitir un voto; debemos asumir la responsabilidad de mantener vivos los principios democráticos en todas nuestras interacciones y decisiones. Por lo tanto, el 22 de octubre no es el fin del camino, sino un paso más en nuestra búsqueda constante de una Venezuela democrática, justa y libre. La democracia no se agota en una sola jornada electoral, sino que es un proyecto de largo aliento que demanda nuestro compromiso continuo.
Stalin González