La relación del ilegítimo gobierno venezolano con el financiamiento del terrorismo internacional es una realidad comprobada a través de evidencias incontrovertibles. La base utilizada por el nefasto régimen de nuestro empobrecido país ha sido el oro de la mermada reserva internacional. Se manejan cifras de más de 10.000 millones de dólares como apoyo financiero desde 2008 para la compra de armas y captación de personas para las operaciones terroristas en el mundo.
Como parte del entramado de estas actividades de apoyo al terrorismo internacional, está la creación, en noviembre de 2020 de la Empresa de Transporte de Aerocargo del Sur (EMTRASUR) por parte del Ejecutivo Nacional, como filial de carga de la aerolínea estatal CONVIASA. La única aeronave de EMTRASUR fue la protagonista del incidente que se produjo en Ezeiza, principal aeropuerto internacional de Argentina el año pasado. La justicia federal de ese país con base a pruebas aportadas por organismos internacionales y otras evidencias conseguidas directamente, dio por comprobado que el piloto de la aeronave, de nacionalidad venezolana-iraní, estaba vinculado a la organización terrorista Hezbollah.
El “desaparecido” hace meses jerarca de la mafia madurista, sancionado por actividades terroristas por la justicia norteamericana, Tareck El Aissami, fue el contacto principal para la relación del gobierno con una organización de estrechos vínculos con Hezbollah, el legendario Clan Barakat, organización criminal relacionada con el contrabando, trafico de armas, lavado de dinero, tráfico de drogas y financiamiento del terrorismo.
Esos son los “angelitos” con los cuales tiene relación internacional la dictadura que hoy asola a Venezuela y es un motivo más para salir a participar en el proceso de Primaria que se llevará a cabo el domingo 22 de octubre, que tiene por finalidad escoger al candidato que en la elección presidencial del año que viene, desbanque al actual gobierno atroz que ha sustituido la legalidad por la arbitrariedad y el manejo decente de la cosa pública por un desbarajuste de corrupción creciente e indetenible.
A lo antes anotado se une una serie de razones relacionadas con el sufrimiento del venezolano por el colapso de los servicios públicos, como el de la electricidad, tragedia ciudadana como bien lo indica el comunicado del Consejo Consultivo de la Ciudad de Barquisimeto, presidido por Milagro Gómez de Blavia, el cual afecta de manera grave la vida familiar y también amenaza con la ruina al sector empresarial, tal y como lo declaró el directivo de Conindustria, Mahomed Hussein.
Pero no es solamente el colapso eléctrico, también el pueblo sufre de sed permanente debido a que existen sectores que tienen años sin recibir una gota de agua por tubería, condenándolos a una vida miserable con grandes penurias de tipo sanitario. Igualmente tenemos la carencia de gasolina, la cual llega de manera intermitente a las estaciones de servicio, generando inmensas colas que consumen tiempo útil y desgasta psicológicamente a las personas. Para colmo es una gasolina de pésima calidad que daña los motores de los carros, algunas veces con posibilidad de arreglo y otras de manera definitiva.
Todo este drama de servicios públicos sin que dejemos de lado el caso de la salud, donde cualquier enfermedad, por leve que sea, se convierte en mortal porque en hospitales y otras dependencias de salud no hay equipos ni medicinas para el paciente. Además si le recetan algún medicamento el venezolano no tiene capacidad económica para comprarlo.
También tenemos presos políticos y torturas, tal y como claramente lo han registrado instancias penales internacionales, donde están abiertos casos en contra de funcionarios del gobierno venezolano. Todo esto tiene una sola opción para ser superado, cambiar la autocracia sórdida que nos somete por una democracia sana donde se activen todos los derechos que constitucionalmente nos amparan. Así que a votar, no hay excusas para quedarse en casa y pensar que nuestro voto no hace falta. Venezuela nos necesita y debemos cumplir con nuestra responsabilidad de luchar por ella, y esta lucha es pacífica, legal y solidaria, es con el voto. Nos vemos el domingo en los centros de votación.
Jorge Rosell y Jorge Euclides Ramírez