Hay un viejo dicho que reza lo siguiente “que cuando las malas atacan es porque las buenas vienen cerca”, a lo mejor coincide con los desamparados, que está comprobado son un altísimo porcentaje de hijos de esta nación; por las razones que todos conocemos y que aspiramos a una pronta solución, venga de donde venga con tal de salir de este sufrimiento colectivo que sabemos dónde está la falla en falta de voluntad, ingratitud, crueldad y desconocimiento o indiferencia para no ver las tantas dificultades donde está sumergido nuestro país y con un costo tan alto y pagado por el que menos culpa tiene, caso por ejemplo; un profesor que ha dedicado toda su vida a enseñar, a educar a nuestros hijos y al país; creen que pueda vivir y mantenerse con $ 22,00 mensuales, esto no le alcanza ni para adquirir una medicina, ni mucho menos alimentarse, creo que este caso de nuestro país es único en el planeta, sería de gran valor copiarse de países del primer mundo donde la educación es lo primero, como es Japón país admirado por su formación académica, donde el lema o consigna es “si no hay profesor no hay emperador”, tan fácil que es convivir con los exitosos porque los quebrados y de ideas desviadas abundan y hay que huirles.
El país se ha vuelto extraño y corremos el riesgo de convertirnos en unos incomodos forasteros de uno mismo; suficiente razón tiene el profesor Manuel Gómez; que nos envió este mensaje, claro que nos sentimos raros y sobre todo cuando se ignora a la alta población que ama el noble trabajo y no desea sumarse a la ley del menor esfuerzo que según dicen es la moda que está al día, caso muy importante para las sociedades en la producción del campo, la agricultura; hoy por ejemplo vi unas declaraciones del presidente de FEDEAGRO, ingeniero Celso Fantinel un experimentado productor y gremialista muy asertivo en sus opiniones y trabajador a tiempo completo del sector agropecuario y por el país como debe ser y somos la gente del campo que nos mantiene el olor a tierra y a bosta, el despertarse en la madrugada con el canto del gallo y el trinar de los pájaros, cada día con la fe y esperanza de una buena cosecha que nunca llega, pero ahí estamos como los músicos del Titanic, el barco hundiéndose pero la música sigue y algún día de la esperanza quienes toman las decisiones se darán cuenta que la primera economía del mundo siempre ha sido y será el producir alimento y en la agricultura y sin preguntar por ideologías y religiones.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
José Gerardo Mendoza Duran