El título de esta columna está generado por razones estrictamente personales y familiares. Cuchy, mi señora, y yo nos estamos mudando después de casi cincuenta años viviendo felizmente en Los Geranios, La Boyera, municipio El Hatillo del Estado Miranda, Caracas.
En la casa que lleva el nombre que distingue a mi esposa, Cuchy, se levantaron mis seis hijos. Tres varones y tres hembras. Hoy tenemos, además, a sus respectivas parejas y doce nietos, pero en la sede principal de la familia solamente quedamos ella y yo. Demasiado espacio para dos personas aunque la vivencia material y espiritual jamás desaparecerá.
La mudanza ha sido para un conjunto residencial de varios apartamentos conocido como “La Muralla”, también en El Hatillo. A pesar de tener unos cuantos años de construido mantiene una estructura impresionante. Además aquí viven varios amigos y familiares de mi señora. Me siento bien, aunque no puedo disimular la nostalgia profunda por el abandono de la residencia principal. Pero, así es la vida y debemos asumirla.
No ha sido fácil, de hecho casi no he podido enterarme de las cosas que han sucedido esta semana dentro y fuera del país. Me imagino que, en un alto porcentaje, es más de lo mismo.
Sin embargo, para el 22 de este mes está fijada la votación de las llamadas Primarias. Allí se escogerá la persona que deberá enfrentar al candidato de la dictadura en las presidenciales. Hay un compromiso general, escrito y firmado por la mayoría de aspirantes, para apoyar a quien resulte con la mayoría en las Primarias. Hay uno que otro, que no sabemos lo que harán, ni sus planes mediatos e inmediatos, ni su real o ficticia relación con la dictadura, para sabotear o, al menos irrespetar el resultado de las próximas Primarias.
Personalmente no tengo dudas con relación al triunfo de María Corina Machado. Cada día son más los ciudadanos normales que se suman y los muy calificados dirigentes de distintas tendencias que también lo hacen. Ya no hay espacio para maniobras lícitas que logren impedir el avance de esa candidatura. Con ella iremos “hasta el final” como dice su última consigna. Trasciende lo que se avecina. Anuncia que tenemos que ir más allá, hasta lograr la marcha definitiva del régimen presidido por Maduro.
María Corina no está sola. Su movimiento político original Vente ha crecido en contenido humano y político. Al mismo tiempo, como dijimos anteriormente, se han sumado muchos independientes, militantes y dirigentes de otras organizaciones político-partidistas que aportan experiencia y materiales concretos para la reconstrucción integral del país que deberá iniciarse al día siguiente. Hay ideas, planes, programas integrales y gente con capacidad y disposición de concretarlos.
Oswaldo Álvarez Paz
@osalpaz
alvarezpaz.blogspot.com