#OPINIÓN Títulos universitarios sin alma #18Oct

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Un título universitario sin alma, es aquel
obtenido con fraude, que
no está insuflado de desempeño estudiantil.
Crisanto Gregorio León

A manera de preámbulo.- En los años 70 el cantante ítalo-francés Riccardo Cocciante popularizó un tema llamado bella sin alma o cuerpo sin alma. Al leer o al escuchar la canción, podrán apreciar metafóricamente lo que en esta epístola también se quiere significar respecto de los títulos universitarios falsos putativos u originales ilegítimos. Pues en símil comparativo podríamos decir que se trata de títulos universitarios sin alma. Ya que a estos títulos que efectivamente confiere un gobierno universitario corrupto y los reconoce como suyos y los declara auténticos, en realidad son solo un cuerpo cartular que carece de lo esencial. Carecen del alma de estudiante, pues quien lo exhibe como suyo nunca estudia ni estudió para merecerlo. Sino que cual canalla finge ser un titulado universitario. Pero nunca está el título precedido de un desempeño estudiantil

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¿Cómo es un título universitario legítimo?.- Son muchas las características que debe poseer un título universitario para gozar de la cualidad de legítimo. No basta con que el pergamino cumpla con todas y cada una de las especificaciones físicas que la casa de estudios exige que deben caracterizar y estar impresas en el cuerpo cartular del título. No basta con que el título sea conferido por una casa de estudios superiores que certifica verbigracia que Jesús Alberto ha llenado los requisitos para que se le tome en toda la República como Máster en Tráfico, Movilidad y Seguridad Vial, cuando este personaje ficticio es un falso alumno que jamás ha estudiado ni en escolaridad presencial ni en plataformas virtuales, que peor aún está integrando un deshonroso listado VIP del negocio corrupto del gobierno universitario, entonces la casa de estudios superiores lo distingue con la cualidad de graduado de cuarto nivel, pero igual esto acontece en pregrado. Desde luego, ese título no puede tenerse como legítimo, al faltar principalmente la esencia que debe caracterizar el otorgamiento de un título universitario, y es haber estudiado y haber superado las evaluaciones requeridas para merecerlo.

Sin estudiantes no puede haber graduados.- Y no basta con aparecer inscrito como estudiante si no existe porque no se ha materializado, ni el desempeño ni el comportamiento de estudiante. Porque un estudiante es aquella persona que cumple con todas y cada una de las asistencias presenciales o virtuales y cumple con las tareas para superar y aprobar las evaluaciones que son necesarias para determinar cognitivamente que ha asimilado los saberes obligatorios, lo que envuelve saber, saber ser y saber hacer. No puede ser legítimo un título que una universidad “legítima” deslegitimándose confiere a un estudiante ilegítimo, a un falso estudiante, a un no estudiante que burlonamente figura formalmente como inscrito, siendo un fantasma, que esencialmente no cumple ni ha cumplido con los desempeños y exigencias de cada una de las materias que lo podrían hacer un legítimo estudiante y posteriormente un legítimo graduado. Al faltar esto, desde luego que el título conferido en estas condiciones es un título ilegítimo y su titular un ilegítimo profesional. Todos estos vicios le quitan legitimidad a un título y a quien lo blande como suyo, así el pergamino se haya elaborado con los mismos materiales de los títulos legítimos y en el mismo tiempo y lugar que los legítimos y por la imprenta contratada y autorizada legalmente para esos fines. Y no es legítimo por haber sido entregado en un teatralizado acto junto con estudiantes legítimos para dar la apariencia de legitimidad. Tampoco basta con que el título sea firmado por las autoridades legítimas, ni que lleve los sellos legítimos; porque ese título es un título ilegítimo, ya que su beneficiario no es ni ha sido un estudiante real ni auténtico.

Vergonzantes e ilegítimos profesionales o los listados VIP.- Me pregunta un insigne jurista amigo, sobre la manera como el gobierno universitario corrupto se las ingenia para garantizarle las calificaciones o notas en cada materia o asignatura a los titulados fraudulentos o tenedores de títulos falsos putativos, si nunca asisten a clases ni presentan las evaluaciones. Pues estimado Franco, la mafia intramuros es “una red irreverente” , que forja expedientes y baypasea el sistema – o la mafia es el sistema – y tiene en esas tareas fijadas a gente sin escrúpulos y hacen unos listados VIP, no porque esta sea la nómina de las mentes brillantes o los summa cum laude legítimos de la promoción. Sino por ser los clientes del mercado negro que en moneda extranjera compran los títulos y que un equipo mafioso intramuros o endógeno de la universidad se encarga de llenar las planillas de calificaciones o records de notas, individualmente de cada estudiante falso para que en caso de alguna indeseada auditoria, eureka resulta que “el no estudiante” pero graduado fraudulento, efectivamente tenga registradas y exhiba las pertinentes calificaciones aprobatorias. Es un copiar y pegar de planillas de otros que si son verdaderos estudiantes y solo cambian los datos de identidad. Algunos de estos funcionarios corruptos toman las previsiones para blindar la trampa y cambian aleatoriamente las notas aprobatorias, no conformándose con un copiar y pegar, pero igualmente es un forjamiento de notas y calificaciones para beneficiar al listado VIP de la trampa y el negocio ilícito del gobierno universitario corrupto. Es que se trata de una mafia universitaria intramuros que está sofisticada en su negocio de fabricar a profesionales chimbos de manera automática, que nacen como clones de otros que sí se han titulado legítimamente, pero cuyos récords de calificaciones y materias son las plantillas para los bochornosos egresados u oscuros VIP con títulos falsos putativos. A los que pagan un plus adicional, los gradúan de toga y birretes de color blanco.

Papel opalina y papel pergamino.- En puridad, a esos cartones falsos que pretenden ocupar el sitio de los títulos legítimos, ni siquiera deberían de adjetivárseles o tildárseles de títulos universitarios, porque en realidad no son títulos, pero desgraciadamente sorprenden la buena fe. Empero que por tratarse de un flagelo por cuya corrupción afecta a las instituciones, a la sociedad toda y al desempeño profesional cualificado, no hay de otra que llamarlos títulos para poder abordar y explicar su falsedad. Para estudiarlos, los distinguiremos de la siguiente manera: los títulos pedestres que son unos facsímiles y los falsos putativos que paradójicamente son títulos originales pero sin legitimidad. Entiéndase que estos títulos falsos putativos son “títulos falsos originales” porque provienen justamente de donde se origina el título que debiera ser auténtico o legítimo pero que son producto de una mafia universitaria.

Títulos originales ilegítimos que se entremezclan con los títulos originales legítimos.- Es necesario indicar que dada la cronicidad de la corrupción de un gobierno universitario, la legitimidad de un título no deviene del hecho o la circunstancia de haber sido conferido por una universidad, ni que lleve los sellos auténticos de la alma mater, ni que lleve las firmas auténticas de sus autoridades. Nada más lejos de la verdad. Pues precisamente esto es lo que se impugna, que tratándose de un título otorgado por una casa de estudios superiores pero con un gobierno universitario corrupto, el título es un cartón vacío, que carece de contenido académico real, no tiene background científico, es otorgado sin haber cursado estudios, ya que se trata de un cuerpo cartular inválido, sin escolaridad presencial ni a través de plataformas tecnológicas, que ha sido forjado y otorgado por la mafia universitaria y que por formar parte del mismo tiraje o impresión de todos los títulos académicos de un periodo específico, entonces los entremezclan con los realmente legítimos. Un ejemplo aproximado, algo así como mezclar billetes falsificados con billetes auténticos para ponerlos a circular.

La mala fe de los tenedores de títulos universitarios falsos.- En ambos casos, los caracteriza el dolo malo, tanto el “título falso pedestre o facsímil” como el “título falso putativo u original ilegítimo”, sus tenedores o beneficiarios son poseedores de mala fe. Ambos tenedores están conscientes de que sus títulos no son válidos, por no haber sido obtenidos conforme a los requisitos legales y procedimentales para hacerse acreedores de ellos. Es que sus tenedores blanden esos títulos falsos con temeridad y malicia, con una osadía delictiva en lo que puede llamarse una pasividad culpable, porque a sabiendas de que no son auténticos se atreven a sacarles provecho ilícito, ilegítimo e ilegal ya que sus pergaminos son nulos, ni siquiera están viciados por lo que podrían subsanarse en el supuesto de que eso fuera procedente, sino que son títulos inexistentes, porque sus detentadores no tienen ni siquiera la cualidad para poseerlos. Quienes ostentan, blanden o exhiben un título universitario falso aprovechándose de él como si realmente fuera auténtico, lo hacen con malicia y falta de rectitud; con una voluntaria y consciente ilicitud en el obrar. En cuanto a la magnitud de la desvergüenza de ambos tenedores es menester indicar que mientras los tenedores de los títulos falsos pedestres o facsímiles mantienen una incertidumbre razonable ante la posibilidad de ser descubiertos en cualquier momento, por el contrario a los tenedores de los títulos falsos putativos u originales ilegítimos los caracteriza una caradurez sobrada, pues con descaro e insolencia se manejan con tranquilidad y con la certidumbre de que no serán descubiertos en ningún momento.

¿Cuáles son los títulos universitarios falsos?.- En el caso de los títulos falsos pedestres o facsímiles, son las falsificaciones de títulos que hace un grupo delictivo al que no se le denomina crimen organizado, pero que posee todo un laboratorio donde los forjan con alta calidad de embaucamiento. Estos títulos los hace una banda fuera del recinto universitario y se trata de imitaciones la mayoría de las veces con acabados tales que semejan casi perfectamente al título que copian. Con alta perfección pueden engañar a cualquiera sino se rastrea su autenticidad. En cambio los títulos universitarios falsos putativos u originales ilegítimos, son aquellos elaborados por un grupo estructurado de delincuencia organizada, como en este caso la mafia de un gobierno universitario corrupto. Son elaborados intramuros de la universidad o sea que su procedencia es endógena de la casa de estudios. De tal manera que el título falso que emite la casa de estudios, por tratarse de una fuente presuntamente lícita, tiene mayores garantías de pasar como legítimo sin serlo y como auténtico sin serlo, ya que es elaborado por la propia alma mater, cuyas autoridades corruptas lo certifican como válido y genuino, porque ciertamente proviene de ella, pero sin desempeño estudiantil, sin afanes estudiantiles, sin alma estudiantil.

A continuación algunas de las similitudes y diferencias entre un título universitario “falso pedestre o facsímil” y un título universitario “falso putativo u original ilegítimo”.

«Cuando los títulos los falsifica el gobierno universitario,
entonces tenemos que hablar de hampa académica».
Crisanto Gregorio León

Crisanto Gregorio León

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