Andrés Bello fue un intelectual a carta cabal. La juventud de su época se las ingeniaba para obtener conocimientos.
Una manera ingeniosa de adquirir conocimientos se fundamentó en la tertulia. Las tertulias es un modo informal que consiguieron los jóvenes de entonces para reunirse, conversar y nutrirse de las novedades del momento. De modo que la tertulia fue un recurso utilizado para adquirir conocimiento.
Era común entonces que los jóvenes se reunieran, conversaran, se distrajeran y en la animación y el entusiasmo consiguieran sus objetivos, que como se discierne no era otro que conocer. La tertulia fue una poderosa fuerza que de manera informal fue utilizaba por la juventud.
Sin programas, sin obligaciones puntuales, los jóvenes se reunían informalmente, pero de ellas derivaban muy buenas informaciones para sus conocimientos. La tertulia fue una idea genial que la juventud caraqueña consiguió para exponer ideas, para enriquecerlas, para mantener la unidad y consolidar los temas que trataban.
De modo que la juventud estudiosa de la capital con el arma de la tertulia otorgaron solidez a sus conocimientos. La tertulia es una participación informal de un conjunto de jóvenes, en la discusión de los temas, que como estudiantes debe ahondar en ellos.
Hay, pues, una espontaneidad del participante que le da la libertad no solo de exponer, sino también de ser condescendientes en las discusiones. Tal vez, sin proponérselo, el acaloramiento de los ánimos podrían caldear el ambiente, pero los tertuliantes están en la convicción de que la comprensión hay que mantenerla. De modo que tácitamente, los tertuliantes, sin reglas, mantienen su sobriedad a toda prueba. La informalidad de la tertulia contempla también la comprensión.
Carlos Mujica