Como una buena noticia, califica el economista Luis Vicente León, analista económico y político y presidente de Datanálisis, que se vuelven a sentar formalmente las partes en conflicto para resolver algunos elementos claves que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de la población, la infraestructura y especialmente la economía del país, dijo en la red X.
Advierte que la noticia es que este acuerdo no se está comenzando a negociar, sino más bien terminando y no tiene solo dos partes que negocian sino tres y dos de ellas ya llegaron a acuerdos que se ejecutarán independientemente de la firma en Barbados (que aún no es segura).
Por supuesto que estos acuerdos (formales o informales) no pueden resolver de manera integral los múltiples problemas del país, ni rescatarán las instituciones o la competitividad electoral, pero eso no significa que sus avances puntuales e incrementales sean irrelevantes o secundarios en el camino de lograrlo en el futuro. Después de tantos años, no debe ser difícil entender que es mejor resolver algunos bloqueadores inútiles que establecen las sanciones, que seguir pegados en una estrategia que ha demostrado, de todas las maneras posibles, que no funciona y sólo empeora la vida del país, explica el especialista.
Estima que con la nueva situación geopolítica del mundo, muchas de esas sanciones económicas se convierten en un escupitajo pa’arriba que nadie en su sano juicio va a mantener indefinidamente. La mala noticia es que algunos tratarán de que solo se vea en el acuerdo lo que lamentablemente no se puede conseguir, desdeñando, por sus intereses individuales, el avance que tanto ha costado lograr y que es vital para construir una situación mejor para el futuro.
Mientras que la noticia falsa es que este acuerdo se trata de la habilitación de candidatos. En realidad, eso sería una excelente noticia, pero irrealizable en este momento. Los costos de salida del gobierno son infinitos (y no asumirá ese riesgo) y sus costos de permanencia son moderados (y mantiene rutas para quedarse que no desperdiciará). No se trata de deseos sino de realidades. Algunas mejoras políticas importantes estarán en el acuerdo (y hay que estimularlas y aprovecharlas), pero esto se trata de cambios fundamentalmente económicos y energéticos, que son vitales para el país, para occidente y para el mundo. Y hay que celebrarlos sin lugar a dudas.
No se negocia todo o nada
Señala Luis Vicente León, que las partes no van a una negociación bajo la tesis de todo o nada.
Explica que negocias porque no tienes la capacidad de conseguir todo lo que quieres y necesitas intercambiar cosas, recibiendo algunas que te interesan y entregando otras que te duelen. Y eso es igual para ambas partes.
No se evalúa un acuerdo bajo la tesis de que no sirve si no tengo todo lo que quiero (que obviamente no tendrás). Se evalúa en función de los valores incrementales, sobre tu situación actual.
En este acuerdo se negocian las primarias sin intervención estatal (que era muy posible no tener), una fecha de presidenciales (que hasta ahora no hay), observación internacional para presidenciales (que el gobierno ya se había despachado) y tener la posibilidad de que el modelo Chevron se amplifique a otras empresas privadas, ayudando a recuperar proceso económicos fundamentales para la población, el país y muchas regiones hoy extremadamente deprimidas.
Se pregunta: ¿Vas a conseguir elecciones transparentes y habilitación de candidatos? No creo. Eso lamentablemente no está en las posibilidades reales, ni existe el poder de negociación para lograrlo…por ahora.
Pero asegura que la decisión real no es entre tener todo o nada, sino entre tener nada o tener algo que te ayude a futuro a luchar por el todo. Todos queremos todo, pero más vale que logremos tomar algo porque hoy la nada es más probable que el todo.
