De impedirse las primarias, 65,4% dice que debería escogerse al candidato por el resultado de una encuesta confiable y solo 22,8% lo dejaría en manos de una negociación entre factores políticos, señala una encuesta de la firma Delphos. El director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, Benigno Alarcón, afirmó que el juego político «ahora se concentra entre habilitar y no habilitar»
Trabajo de: www.talcualdigital.com
El escenario para las primarias opositoras avanza con no pocas amenazas institucionales, de un gobierno que baja la guardia por una negociación inminente, y las dudas sobre qué hacer si la ganadora, como perfilan las encuestas a María Corina Machado, mantiene la inhabilitación y no puede postularse como candidata presidencial.
Así se desprende de las ponencias durante el evento «Prospectiva Venezuela. Edición especial Primaria 2023», organizado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (CEPyG UCAB).
Félix Seijas, director de la firma Delphos, destacó que las primarias activaron «de nuevo la ilusión de cambio en la gente». En su última encuesta, hecha a través de 1.200 entrevistas a nivel nacional, 85% expresó que hay una necesidad de cambio, una cifra que crece en aquellas personas identificadas como opositores duros.
43,5% dijo en octubre que está dispuesto a votar en las primarias. Seijas llamó la atención en los datos del llamado chavismo blando, donde 13,4% dijo que está dispuesto a participar el 22 de octubre.
Respecto a la probabilidad de asistir a votar, comentó que la participación para octubre se moverá entre 8% y 20%. «Estamos en un buen rango comparado a las primarias de 2012».
48,7% de aquellos que dispuestos a votar lo harán por la candidata María Corina Machado (Vente Venezuela), un número que se duplica (88,8%) en aquellos con una probabilidad alta de votar. «Con esta opción es casi una decisión unánime», explicó Seijas. Además, quien gane la primaria tiene un respaldo bastante alto como líder de la oposición.
En vista del retiro de Henrique Capriles de las primarias, hecho que se concretó el domingo 8 de octubre, el director de Delphos conjeturó que una parte de sus votantes (7%) se reparta a Delsa Solórzano, la propia Machado o candidatos como Carlos Prosperi. El resto (1%) es posible que se abstengan de participar ese día.
Respecto a una posible sustitución del candidato, la mayoría (48,1%) está de acuerdo en que sea el candidato que escoja a alguien de su propio equipo y 29,8% confía en la Plataforma Unitaria para escoger a un nuevo candidato. 14,3% responde que le da igual cómo se resuelva este asunto.
De impedirse las primarias, 65,4% dice que debería escogerse al candidato por el resultado de una encuesta confiable y solo 22,8% lo dejaría en manos de una negociación entre factores políticos.
Primarias viento en popa
Roberto Abdul, integrante de la Comisión Nacional de Primaria y director de Súmate, hizo un balance sobre el estado de estos comicios y explicó que las mesas de votación el 22 de octubre se instalarán a partir de las 7:00 a.m y estarán abiertas hasta las 4:00 p.m, si no hay personas en cola. Destacó que la Comisión tiene capacidad para atender a poco más de tres millones de votantes dentro del país, tomando en cuenta la situación de movilidad y servicios públicos actual.
La semana pasada, comentó Abdul, tenían más de 23 mil personas formadas como miembros de mesa, cuyo proceso de acreditación se hará el domingo 15 de octubre. «Todo el material está listo desde hace una semana, todo el material está en cabecera de municipios para un mejor alcance de los centros de votación».
También se refirió a las renuncias registradas en las Juntas Regionales. Explicó que se han dado menos de 10, tres de ellas de presidentes de esas instancias y el resto de integrantes. Las renuncia, afirmó, han sido por cuestiones de salud o por presiones políticas contra estas personas.
Sobre el voto en el exterior, señaló que hay tres ciudades en «pico de zamuro» por situaciones sobrevenidas. Una de ellas es Tel Aviv, el único centro en territorio asiático, debido a la guerra declarada por Israel tras un primer ataque del grupo terrorista Hamás. Tampoco hay aprobación de los autoridades para el despliegue de los centros de votación en Buenos Aires y Córdoba. Recordó que el 22 de octubre también son las elecciones presidenciales en Argentina, y esperan la aprobación de una jueza federal para permitir la instalación de esos sitios.
Respecto a las últimas declaraciones del CNE, el director de Súmate reiteró que la Comisión Nacional de Primaria se mantiene en su solicitud inicial de un apoyo técnico limitado para centros de votación, facilitar apoyo para seguridad a través del Plan República, al igual que acreditación de periodistas y veedores internacionales.
«Ha bajado un poco la presión sobre las primarias, pero la Comisión se mantiene a la expectativa» de alguna acción antes del 22 de octubre, señaló Abdul. «Hay protocolos de actuación contra distintas situaciones, pero sabemos en el país en el que vivimos. Sigue existiendo presión contra las juntas regionales y otros actores».
¿Habilitar o no?
El director del Centro de Estudios Políticos, Benigno Alarcón, afirmó que el juego político «ahora se concentra entre habilitar y no habilitar. Toda la dinámica de conflicto potencial en los próximos meses y hasta acercarnos al momento de la elección se va a pasear en estas variables».
Alarcón destacó que con el resultado de las primarias se verá un reordenamiento de las oposiciones, debido al relevo del liderazgo opositor y un debilitamiento de los dirigentes tradicionales, además de una tendencia de respaldar una nueva dirección. También señaló que hay un rechazo a las oposiciones «cooptadas o moderadas», a las que no la acompañan los números en encuestas.
Ese reordenamiento de liderazgos emergentes incluyen a Delsa Solórzano (Encuentro Ciudadano), que en la encuesta de Delphos se ubica como la tercera opción (3,4%) entre los votantes junto a Carlos Prosperi (Acción Democrática).
Además, resaltó que el gobierno ha conseguido lo que quiere a través de la negociación, en la que desplazó a la oposición por una conversación directa con Estados Unidos, obligó a una reorganización de la propia oposición y ha logrado una moderación de las sanciones sobre las que todavía presiona.
Respecto al escenario electoral para 2023-2024, Alarcón considera que no se producirán acuerdos políticos electorales a corto plazo. Del lado del gobierno, se jugará a mantener la inhabilitaciones y que no se posicione un sustituto. Del lado opositor, se espera una unión con las primarias en torno a un candidato electo y luchar por levantar las medidas que pesan sobre algunos candidatos, antes de pasar a un posicionar a un nuevo dirigente.
Alarcón destacó el papel de la Fuerza Armada Nacional, de la que dijo tiene bajos niveles de legitimidad y con un alto mando militar con costos muy altos de tolerancia a un cambio político. Además, afirmó que hay efectos dentro de la FAN por la decisión de la Corte Penal Internacional de continuar una investigación por crímenes de lesa humanidad, pues aumentaron los costos de represión, pero se produjo una mayor cohesión entre el alto mando que puede terminar como principal señalado.
Listos para reprimir
El doctor Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de Violencia, comentó que se visualizan escenarios de conflicto y protestas en el país por dos razones: de parte de la población hay una esperanza de cambio, creada por la Comisión de Primaria y algunas candidaturas, además de un medio de poder y una disposición de mantener esa esperanza.
El director del OVV ejemplificó con números: Dos quintas partes (41%) de la población dijo estar dispuesta en general de protestar contra el gobierno, 37,8% comentó estar dispuesto a protestar si el gobierno impide la realización de las primarias; mientras que 54,3% expresó estar dispuesto a protestar por servicios derechos laborales y el alto costo de la vida, un número que crece en sectores pobres, jóvenes y el llamado chavismo blando.
Además, 42% dijo estar dispuesto a dar la pelea en la calle si el candidato ganador en las primarias no logra inscribirse en las elecciones presidenciales. Otro 13% expresa que estaría dispuesto a protestar y, si no funciona, pues elegir a otro candidato.
La respuesta del Gobierno, explicó Briceño León, es prepararse para enfrentar esas propuestas, «pero tiene dificultad en la respuesta represiva por la resistencia de los funcionarios a ejecutarlas, debido al propio descontento de los efectivos y las implicaciones internacionales».
Por ahora, esa respuesta dentro y fuera de la legalidad institucional se concentra en la creación de las Unidades Populares para la Paz, del cual dijo es «un componente militar y civil altamente ideologizadas y con funciones de represión».
El gobierno desearía llevar las protestas a la violencia pues no la considera electorales, continuó Briceño León. «Con la represión, el gobierno busca aumentar el peligro y el miedo y reducir las magnitudes de la protesta, comunicar el mensaje que no vale la pena y controlar al chavismo disidente».
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