La quietud política padecida en los últimos años por parte de los factores con incidencia en asuntos de la vida pública, es una patología adquirida por nuestra sociedad ante las nuevas tecnologías que no fueron correctamente digeridas y la opinión mayoritaria se nublo en detrimento de las mayorías, porque las “Tendencias” tienen más veracidad que lo razonablemente conveniente. Dicha patología se viene combatiendo con tímidos desplazamientos que aún no cuajan en sus propios protagonistas, que siguen más pendientes de cómo se los mide en las redes sociales, al descuidar su rol de variables con poder transformador; mientras el imperdonable “tiempo” marca su ritmo en los escenarios venideros.
Es por ello, que al pensar en la amplitud del sistema y buscar un diagnóstico certero, podemos toparnos con soluciones flexibles que permitan una respuesta acorde a las circunstancias actuales para que los decisores políticos, cesen en su autodestrucción, y se genere una tímida respuesta con ganancias a futuro sin importar el escenario distópico negativo que se precipite. Siendo así oportuno una línea coherente de contenido que pondere al sufragio como un valor, porque es más fácil otorgarle propiedades estéticas a lo que realmente las puede poseer, que afanarse en hacer un espectáculo de buenas gráficas con todo lo que esté de moda.
Por otra parte, no es conveniente generar una crisis traumática en el logos poco curtido de la dirigencia política circunscrita a los valores pro-democráticos, quienes poseen responsabilidad ante su atomización operativa actual porque, la comodidad de mantenerse en una especie de “espera táctica” solo les resta en su capacidad real de poder. Porque el mundo físico, el que percibimos por medio de los sentidos, es y será siempre el mismo, siendo los medios para su abordaje los que permanentemente se encuentran en evolución, donde el manejo de la técnica juega un papel especial porque la ciencia cuando se ejecuta es saber útil y aplicable.
En resumen, si quienes poseen responsabilidades por ser clase política en Venezuela, toman al voto como su bandera y lo envuelven bajo cualquier narrativa que les convenza a sus asesores de marketing, pudieran estar labrando un camino de victoria al cultivar un instrumento que la humanidad descubrió para su beneficio, porque solo por el sufragio el valor de un individuo se puede contar sin necesidad de likes ,ni mucho menos de posicionamiento mediante algoritmos ello dado que las sociedades se movilizan alrededor de valores sociales, los cuales superan lo estético por su simple desplazamiento el cual funciona como un pincel de tiempo en tiempo de sociedad en sociedad, así lo relata la historia en general.
Finalmente, es conveniente reflexionar ante la dirección que se anhela capitalizar para Venezuela, la cual no es otra que un rumbo democrático donde lo único que esté por encima de todas las cosas sea la norma, cuya legitimidad se demuestre en su funcionalidad porque es necesario esa dupla que reza; no existe derechos sin deberes porque los ciudadanos están en obligación de construir en los espacios públicos, los protocolos que van a regir el buen funcionamiento de la cosa pública, donde el músculo llamado democracia se hará más robusto y funcional mientras esté en permanente ejercicio, alimentado siempre de sufragios físicos con valor ciudadano.
Eduin Adjunta
@adjunta90
