Trabajo de: www.runrun.es
La isla de Margarita, en el estado Nueva Esparta, vive en la actualidad con las aguas de sus playas teñidas de negro tras años de destrucción, inoperancia y desmantelamiento del sistema de saneamiento de aguas servidas que ahora se vierten directamente al mar.
Ciudadanos, ecosistemas y el turismo en general padecen las consecuencias de la falta de inversión y las malas prácticas estatales que alejan a “La Perla del Caribe” de ser un lugar ambientalmente seguro y de pleno disfrute para propios y visitantes.
Esta pieza sonora, contada desde la voz de sus propios habitantes, retrata el vaivén de las olas que poco a poco han cambiado de color.
«Aquí, a menos de un metro, tengo el desagüe de aguas negras que lamentablemente va al mar y esto viene del colapso de toda la comunidad», dijo Vicente Marcano, pescador en Porlamar.
La no conclusión de obras sanitarias como la planta potabilizadora anunciada por el gobierno nacional, llevaron la situación de las aguas servidas al colapso.
En 2021, el entonces ministro Rodolfo Marco Torres, anunciaba como una hazaña la puesta en marcha de la Planta de Tratamiento de Aguas Servidas El Yaque; sin embargo, los efectos de las aguas servidas no se detienen y cada día las aguas azules se tornan negras.
«Las consecuencias son graves, todas las aguas negras de la isla están cayendo libremente a la costa, pero hasta los momentos no hay un plan efectivo para contrarrestar la situación si no se hacen las debidas ampliaciones y rehabilitaciones», se escucha en la narración.
Las aguas negras en la bahía de Pampatar generan enfermedades cutáneas, estomacales y además afectan el turismo, pues mucha gente, según testimonios de los pescadores y los biólogos entrevistados, temen bañarse por el mal olor y el color del agua.
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