“Nunca verás el arco iris si siempre estás mirando hacia abajo” nos dejó dicho Charles Chaplin y este mensaje viene como anillo al dedo, justamente en este momento crucial de incertidumbre y desaliento por lo que está pasando nuestro país, es doloroso decir esto pero la obligación y la preocupación nos obliga a ser parte de que se pueda a la solución, aunque sea con el poder de la mente con posiciones firme, fe, voluntad inquebrantable y con el amor que lo puede todo y requiere de todo el mundo los esfuerzos para nuestro querido y admirado país; sin temor a equivocarme como ya lo he repetido en mis escritos y será hasta el cansancio que siempre mis aportes sean en positivos y diciendo siempre la pura verdad, porque conozco a mi gente, lo he recorrido por los cuatro costados con trato y largas conversas del más humilde hasta el más encopetado, conociéndolos en diferentes villorrio, parroquias, municipios y capitales, no como investigador sino como cuestión de costumbre, de criterio o de curiosidad.
Dándome un gustazo de conversar con mi gente en un lenguaje amistoso, fácil de entender cómo lo sabe expresar mi compadre el escritor de fina pluma Lidolfo León Rodríguez en su novela de Caicara para Caracas, que a mi criterio diría obligatorio decir “para el que quiera conocer cosas y costumbres nuestras”; lo felicito mi compadre porque me di un placer leyendo sus escritos, son gustosos y renovadores, de grandes recuerdos de las experiencias de la vida y lo sabroso que es conocer la vida dura y lo divino de la superación, si nos hacemos memoria del padre de la psicología Sigmund Freud cuando nos dejó el mensaje “Para mí la vida se me ha hecho muy fácil porque todo ha sido muy difícil”; mi compadre Lidolfo León me hiciste salir del tema, pero con un grato y sabor sabroso por las enseñanzas y gratos momentos que pase al leer de Caicara para Caracas.
Bueno, hablando de nuestra nación hace poco oí una conferencia que me levanto más el optimismo, un señor orador que nació en Barcelona España y cuando se expresó de Venezuela lo hizo con lágrimas en sus ojos, con una experiencia de historiador porque él vivió en Venezuela y la recordó con gran admiración como Francia y decía este señor que lo que vio en este país fue belleza y riqueza y no ve el momento en verlo nuevamente hacia el progreso, porque él pensaba que el día que Dios hizo a Venezuela ese día estaba Dios más inspirado y fue tanto las inspiración que se le olvido ponerle castigo y pobreza y el día más feliz de su vida va a ser el día que regrese a su patria Venezuela y que eso va hacer pronto; porque este país todo lo que se ve es bueno.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
Jose Gerardo Mendoza Duran
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