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Hace dos meses, seis sindicalistas venezolanos fueron sentenciados a 16 años de prisión por, según el Estado, conspiración y asociación para delinquir.
Detrás de la dura condena se encuentran historias de angustia, lucha y sacrificio por parte de sus familiares.
En una emotiva entrevista, Yorbelis Oropesa, educadora de una escuela en El Junquito, compartió su experiencia como esposa de Alcides Bracho, uno de los detenidos. Ellan aún espera una respuesta a su apelación.
“Se hizo la apelación el 21 de agosto y no hemos recibido ningún tipo de respuesta. No han sacado el fallo, sea a favor o en contra. Seguimos en espera”, lamentó Oropesa en entrevista para Radio Fe y Alegría Noticias.
La lucha por la justicia y la denuncia de la situación de los presos políticos continúa. Oropesa enfatizó que no solo los detenidos sufren, sino también sus familiares, quienes viven experimentando sentimientos de zozobra.
“Nosotros los familiares de los presos políticos vivimos en una lucha constante, angustia, en una incertidumbre y un gasto económico que ya se hace insostenible”, dijo.
La salud de los activistas es de preocuparse
Según Oropesa, los seis sindicalistas enfrentan problemas de salud cada vez más graves.
“En el caso de mi esposo presenta problemas en la cervical. Él tiene 3 hernias y eso le ha ido empeorando su movilidad y el dolor le ha ido incrementando”, compartió con preocupación.
Además, algunos de los activistas padecen síntomas de ansiedad y afecciones respiratorias, lo que aumenta la inquietud de sus familiares.
No hay pruebas sólidas
Los detenidos no cuentan con pruebas sólidas en su contra. Según Oropesa, la única prueba presentada fue un acta policial.
“En ninguno de los dos casos, el fiscal presentó alguna prueba que diera como cierta estas acusaciones. Sin embargo, la jueza manifestó que todas las pruebas eran suficientes para condenarlos. La única prueba que llevaron fue un acta policial. La Procuradora de la República tampoco demostró que se hayan hecho daños al patrimonio público o a la nación y aún así fueron sentenciados”, expresó.
A pesar de las dificultades, Oropesa y otros familiares de los presos políticos se mantienen firmes en su lucha por la justicia y la protección de los derechos humanos.
“Vamos a seguir en las calles y en las redes denunciando las detenciones arbitrarias, el daño psicológico, físico y emocional”, afirmó con determinación.
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