En la Plataforma Unitaria y la Comisión Electoral de Primarias todo el mundo parece tener claro que la tardía respuesta del Consejo Nacional Electoral a la solicitud de asistencia técnica para organizar la consulta de la oposición, y la propuesta para posponerla para este 19 de noviembre, no han sido nada inocentes, y que con alta probabilidad iban a traer consigo fundamentadas tentativas de escamoteo en su desenlace.
El acuerdo con el CNE, deseable hace tres o cuatro meses, arriba de forma premeditadamente inoportuna. El primer anzuelo lanzado ha sido la propuesta de aplazar por un mes la consulta, con el objeto de poder brindarle a la Comisión el auxilio técnico y logístico que necesita –porque lo necesita- para organizar la elección.
Las cosas, como reza el comunicado público de la Comisión de Primaria, “han cambiado mucho” desde el pasado 5 de junio hasta la fecha. Son cuatro largos meses que hacen imposible un nuevo comienzo. El Consejo Nacional Electoral, entretanto, acusó recibo de la negativa, manifestando en un parco comunicado posterior tener “la competencia exclusiva de organizar elecciones”.
La Comisión Electoral de Primarias le había colocado a esta nueva directiva del CNE tres condiciones para acordar algún tipo de asistencia: que se respete la fecha de la consulta, el 22 de octubre, los candidatos y sus ofertas; el derecho al voto de la diáspora, y la autonomía funcional y política de la Comisión. Esgrimiendo razones logísticas, Amoroso ha podido comprometerse con todas, menos con la primera.
Los políticos de la oposición (no todos, pero sí muchos) temen que un compromiso institucional tardío con el Consejo Nacional Electoral le abra las compuertas a decisiones con enorme costo, que agraven las ya existentes diferencias de intereses y criterio entre sus actores.
Con la negativa expresada, ha privado el criterio de defender lo labrado y no desandar lo andado. Aceptar la propuesta de Amoroso, aseguran fuentes que han pedido el anonimato, habría implicado entregarse a la muy posible gestación de una nueva celda institucional de imposible resolución.
El catálogo de riesgos
Pero las posibles maniobras para impedir las primarias, lesionar la participación política de la población e impedir la consulta, lo saben los políticos opositores, sobrepasan con mucho la propia existencia del CNE.
Cualquier personaje de la política actual –pongamos por caso, un Luis Alejandro Ratti- podría interponer un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia impugnando la participación de candidatos inhabilitados. O podría el Supremo autorizar con una sentencia la participación de algunos candidatos inhabilitados en detrimento de otros, sobre todo aquellos que son más populares. O algunos políticos del alacranato impugnar los comicios y exigir que se les permita también a ellos participar, solicitando, en perfecta concordancia con los intereses del chavismo, que estos sean pospuestos.
No aceptar una sentencia del TSJ colocaría a la Comisión de Primaras frente a la figura del desacato, y ese escenario está descartado entre los organizadores de la consulta.
En un contexto donde María Corina Machado encabeza todos los sondeos de opinión, algunos partidos de la Unidad, como Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Fuerza Vecinal, parecían interesados en las ventajas técnicas que ofrece un acuerdo de asistencia con el Consejo Nacional Electoral.
Un primer round de cordialidad
La primera aproximación que tuvo el director del CNE, Elvis Amoroso (excontralor general de la República y autor personal de las inhabilitaciones a los candidatos opositores), con los miembros de la Comisión de Primarias, ha transcurrido en buenos términos. José María Casal, presidente de la Comisión, le hizo saber a Amoroso que el proceso había ya avanzado con mucha claridad a partir de aquella primera solicitud.
Casal le manifestó a Amoroso que la Comisión estaba abierta a recibir ayuda del Poder Electoral, siempre que CNE respete las condiciones, la fecha programada y el estatus actual del proceso. También, aquellas áreas de la ejecución que demandarían respaldo estatal: apoyo en la apertura de centros de votación adicionales y necesarios; seguridad; protocolos de traslado y resguardo de material electoral; una solicitud al Minci para acreditar a los periodistas, y otro a la Cancillería para certificar expertos electorales que quieran verificar el proceso.
Pidió, por último, la protección política, el respeto y compromiso, basado en los principios constitucionales, en torno al derecho ciudadano a organizar este mecanismo consultivo.
Amoroso respondió a Casal que el Poder Electoral no presta centros sin máquinas de votación; y le propuso mover un mes la Primaria para poder cumplir con el despliegue técnico y logístico, que incluye ofrecer cuatro mil centros adicionales. El funcionario le aseguró a Casal que, con mucha probabilidad, luego de determinadas consultas y negociaciones, siendo básicamente “un problema político”, las inhabilitaciones podían ser suprimidas y los candidatos afectados también podrían participar.
Las fuentes indican que Elvis Amoroso se ha mostrado flexible, abierto, cordial, e interesado en acordar. El paquete incluiría todos los aditamentos del voto electrónico (sólo María Corina Machado tiene reparos con este tema).
Las celadas
La organización de la Elección Primaria avanza de acuerdo a lo previsto, y en la Comisión Electoral hay certezas sobre la ejecución de los comicios, incluso si son organizados por cuenta propia.
Nadie desconoce, sin embargo, las tareas por concluir, los problemas por resolver y los votantes por motivar. Persisten los cuellos de botella, La insuficiencia de centros de votación, los problemas potenciales con la seguridad, los riesgos logísticos a partir de contingencias sobrevenidas el propio día de la elección, que en ocasiones se concretan en tiempo real.
El ofrecimiento de Amoroso le proponía a la oposición la solución de varios de estos problemas: venía con suficientes centros electorales; presencia del Plan República, para ofrecer seguridad; la participación efectiva de todos los candidatos, incluso los inhabilitados, siempre y cuando se aceptara la posposición de los comicios para mediados de noviembre
Todo el mundo sabe que el gobierno hará lo necesario para impedir una consulta popular que abra las compuertas a un liderazgo nacional con vocación de cambio político. Todos, comenzando por el comando de quién encabeza las encuestas, María Corina Machado.
Y aunque poco se ha discutido sobre medidas subsecuentes a partir de nuevos vetos, los caminos conducirían a la concreción de un tipo de acuerdo que tome en cuenta el momento político actual y que interprete con honestidad las encuestas y el clima de opinión del país. En el terreno de los acuerdos, si se atiende lo que expresan las encuestas, también puede favorecer a Machado.
Muchísimas personas opinarán lo contrario, pero algunos dirigentes de la oposición están conscientes de que difícilmente se pueda concretar una unidad de propósitos que tenga contenido y anclaje popular en 2024 prescindiendo de María Corina Machado. Su capital político, el momento que cursa su liderazgo, el enorme valor simbólico que tendría su dedo índice, es juzgado como fundamental para cualquier iniciativa de masas que se aproxime en los próximos meses.