El 70% de los principales centros hospitalarios del país tienen un servicio de agua intermitente, que en su mayoría viene de cisternas y no de las tuberías, revela el monitoreo realizado por la Encuesta Nacional de Hospitales en julio de 2023 que
En efecto, la falta de agua no sólo afecta la higiene del hospital sino que es necesaria para realizar ciertos tratamientos y procedimientos médicos, limitando en gran medida la capacidad de atención de los centros de salud.
En el caso de la energía eléctrica, en el mes de julio el 54% de los hospitales monitoreados reportaron haber sufrido fallas de luz y 32% reportaron fallas más de tres veces por semana.
En el mismo mes, 11% de los hospitales reportaron que la planta eléctrica funcionaba intermitentemente y el 9% reportan que la planta no funciona. Significando que la capacidad de los hospitales de responder a una falla de electricidad, que como vemos es bastante común, está limitada.
La Encuesta Nacional de Hospitales (ENH), a fi n de ofrecer una imagen de la crisis hospitalaria en Venezuela monitorea una serie de elementos e indicadores que no se limitan únicamente a los hospitales en sí, sino que incluye algunos factores externos que influyen de manera directa en la capacidad de atención de los centros de salud.
Es por ello, que la ENH monitorea semanalmente el acceso a los servicios públicos como agua y luz.
Es importante recordar, que en gran medida, el acceso a agua y en particular a energía eléctrica no dependen de las autoridades hospitalarias, sino que responden directamente a los sistemas hídricos y eléctricos nacionales.
En los datos que revisaremos a continuación, recogidos durante el mes de julio de 2023 podremos observar el acceso a estos servicios en los centros hospitalarios monitoreados y cómo esto se traduce en la capacidad de atención de los mismos.
Es importante recordar, que la falta de agua no sólo afecta la higiene del hospital sino que el agua también es indispensable para realizar ciertos tratamientos y procedimientos médicos. Por lo que tener un promedio tan alto de intermitencia en el servicio limita en gran medida la capacidad de nuestros centros de salud.
Con relación al suministro de energía eléctrica, en el mes de julio el 54% de los hospitales monitoreados reportaron haber sufrido fallas de luz y 32% reportaron fallas más de tres veces por semana.
El promedio de duración de las fallas de luz en el mes de julio fue de 1,5 horas y 11% de los hospitales reportaron que la planta eléctrica funcionaba intermitentemente y el 9% reportan que la planta no funciona.
Es evidente que el suministro de luz es un requisito indispensable para que funcione cualquier cosa. Sin embargo, hay que tener en cuenta el peligro que representa una falla eléctrica para un paciente en ciertas condiciones. Por ejemplo, pacientes conectados a asistencia respiratoria, pacientes que deben ser trasladados a quirófanos por ascensor e incluso pacientes en medio de cirugías.
Esto, sin contar que mientras dure la falla de luz, el hospital no puede realizar ningún tipo de estudio o examen, porque los equipos no funcionan.
Recomendaciones
Si bien el acceso al agua y la luz no son competencia de las autoridades de los hospitales, es importante se establezcan medidas para que regularizar el suministro, y poder aumentar la capacidad de atención de nuestros centros de salud. Sobre todo entendiendo que la crisis de servicios públicos responde a una problemática mucho más que compleja y que pasará mucho tiempo para lograr reestablecer el servicio en su totalidad.
Es indispensable que, por ejemplo, las plantas eléctricas funcionen al 100%. Para que las áreas críticas como terapia intensiva, emergencia y quirófano puedan seguir funcionando incluso durante las fallas y buscar la manera descompensar la irregularidad del suministro de agua con soportes externos. Pues de otra manera, nuestros hospitales, incluso en el supuesto de que mejore el abastecimiento y la operatividad de los servicios, van a seguir teniendo su capacidad de atención muy limitada.
