A dos semanas de la segunda vuelta presidencial en Ecuador, Luisa González y Daniel Noboa se miden cara a cara el domingo en un debate considerado crucial en la puja por suceder al mandatario Guillermo Lasso. Ambos tendrán el desafío de convencer a los votantes que pueden sacar al país andino de la violencia que lo agobia, la crisis económica y el desempleo.
González, la candidata de izquierda respaldada por el ex presidente Rafael Correa, se medirá al millonario Noboa, de 35 años, quien fue la sorpresa de la primera ronda al colarse en segundo lugar en la votación y que asoma como el favorito con miras al balotaje del 15 de octubre, según las encuestas.
El ganador de la segunda vuelta sucederá a Lasso, quien disolvió en mayo la Asamblea Nacional para evitar un juicio político en su contra y acortó su propio mandato. El nuevo presidente asumirá el poder el 11 de diciembre para gobernar hasta mayo de 2025, y tendrá como principal desafío enfrentar la profunda crisis de inseguridad y violencia que agobia el país, que poco antes de la primera vuelta se vio estremecido por el asesinato del candidato Fernando Villavicencio.
González, una abogada de 45 años que encabezó la votación en la primera vuelta, denunció el mes pasado un presunto plan para atentar contra su vida.
Los dos candidatos, quienes portan chalecos antibalas, han coincidido en que de llegar al poder equiparán mejor a la Fuerza Pública, buscarán retomar el control del sistema penitenciario tras motines mortales en últimos tiempos y fortalecer el sistema de inteligencia para le prevención del delito, aunque no queda claro cómo lo lograrán. También se han comprometido a impulsar la inversión social en zonas vulnerables al crimen.
Durante el debate obligatorio que durará dos horas y se transmitirá por cadena de televisión y radio, los candidatos expondrían sus propuestas para gestionar la economía, la seguridad, lo social y político.
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Para el analista y director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, Mauricio Alarcón, el debate sería crucial. La ciudadanía espera “escuchar más que una simple propuesta hueca”, planteó.
Insistió en que más que posturas ideológicas, los ecuatorianos quieren “alternativas para enfrentar de manera decidida a esos tres problemas identificados como prioridad por los ciudadanos: la inseguridad, la crisis económica y la falta de empleo”.
“El votante no es tonto, sabe que no se puede solucionar problemas tan profundos en 18 meses, pero lo que espera es ver resultados en acciones concretas que a lo largo del tiempo puedan solucionar el problema”, subrayó.
